Con más de 10.000 participantes (9.348 de los cuales entraron en el análisis estadístico) OLFACAT es el mayor estudio europeo sobre el sentido del olfato en la población general. La encuesta constaba de cuatro olores microencapsulados (rosa, plátano, perfume y gas) y dos cuestionarios sobre la percepción de los olores y el estado epidemiológico / de salud de los encuestados. Los términos normosmia, hiposmia y anosmia se utilizaron cuando los participantes detectaron, reconocieron o identificaron los cuatro, de uno a tres o ninguno de los olores, respectivamente.
Los resultados del análisis estadístico muestran, de acuerdo con otros estudios, que las mujeres obtuvieron mejores resultados en las pruebas olfativas que los hombres del mismo grupo de edad, y también comunicaron una mejor percepción del estado de su sentido del olfato. Esta diferencia de género se mantiene en todas las edades, y aumenta considerablemente después de la séptima década de vida. El olfato se considera normal en el 80,6% (detección), 56% (reconocimiento/memoria) y 50,7% (identificación) de los encuestados. La prevalencia de la disfunción del olfato era de 19,4% para la detección (0,3% anosmia, 19,1% hiposmia), 43,5% para la memoria/reconocimiento (0,2% anosmia, 43,3% hiposmia) y 48,8% para la identificación (0,8% anosmia, 48% hiposmia). Por último, se observó una disminución significativa relacionada con la edad en la capacidad de detectar los olores. Sin embargo, el reconocimiento e identificación de olores aumentaba progresivamente hasta la cuarta década y se reducía después de la sexta década de la vida. Esto sugiere un proceso de aprendizaje a oler durante la vida que está relacionado con el nivel educativo de los participantes.
En conclusión, la disfunción olfativa en la población general ha resultado ser mucho más frecuente de lo que se había detectado anteriormente. El estudio OLFACAT estima que 1,2 millones de catalanes adultos, 7,7 millones de españoles y más de 82 millones de ciudadanos de la UE sufren una disfunción del olfato, de los que 20.000 catalanes, 120.000 españoles y 1,5 millones de ciudadanos de la UE tienen una pérdida total de este sentido. El estudio también determina los principales factores de riesgo: ser hombre, tener una historia de pérdida del olfato y la autopercepción de tener un olfato malo son factores de riesgo de perder capacidad de detección olfativa; un bajo nivel educativo, la auto-percepción de tener un olfato malo y el embarazo son factores de riesgo de perder la memoria/reconocimiento de los olores; y finalmente, la edad avanzada, la auto-percepción de tener un olfato malo, haber sufrido un traumatismo craneoencefálico y tener una historia de pérdida del olfato son factores de riesgo de perder capacidad de identificación de los olores. Sorprendentemente, tanto el tabaquismo como la exposición a sustancias nocivas son factores de protección leve para la memoria/reconocimiento de los olores.