Un estudio publicado en Nature Medicine revisa las cuestiones clave que hay que tener en cuenta en la investigación de la enfermedad de Parkinson. El trabajo es el resultado del consenso de un grupo de expertos internacionales, tanto básicos como clínicos, sobre la orientación que habrá que dar en el futuro a las líneas de investigación con tal de llegar a conocer tanto el origen como los mecanismos implicados en la progresión y extensión de la muerte neuronal, con el objetivo de conseguir terapias eficaces de neuroprotección. El trabajo, en el que ha participado la Dra. Concepció Marin, investigadora del Laboratorio de Neurología Experimental del IDIBAPS y del CIBER de Enfermedades Neurodegenerativas, ha sido coordinado por el Dr. José Obeso, de la Universidad de Navarra.
En la mayoría de los casos, la enfermedad de Parkinson se detecta cuando alrededor del 80% de las neuronas generadoras de dopamina están en proceso de degeneración, cuando se manifiestan los síntomas motores de la enfermedad. Este estudio destaca la necesidad de trabajar en líneas de investigación orientadas a detectar fases más iniciales de la enfermedad. El descubrimiento de diversas mutaciones genéticas asociadas a casos familiares ha permitido avanzar en el conocimiento de algunos de los mecanismos etiopatogénicos que pueden verse implicados en la muerte de las neuronas dopaminérgicas, como el estrés oxidativo, la disfunción de les mitocondrias, la excitotoxicidad, la inflamación, la alteración de los sistemas de degradación proteica, la autofagia y la apoptosis.
Uno de los temas más relevantes que trata el estudio es la vulnerabilidad a la degeneración de las neuronas dopaminérgicas. Actualmente no hay ninguna explicación definitiva de por qué estas neuronas se ven afectadas antes y más profundamente que otros grupos neuronales. Se considera que el propio metabolismo de la dopamina y la diferente capacidad que tienen las neuronas para taponar el flujo iónico pueden ser dos factores que contribuyan a ello. El equipo de investigadores que ha trabajado en el estudio va más allá y propone la investigación de la posible existencia de características diferenciales de las neuronas dopaminérgicas de la substancia negra en relación al número de contactos sinápticos, el nivel de actividad neuronal y el consumo energético, con tal de poder conocer el patrón de degeneración que se produce en la enfermedad de Parkinson.