La artritis reumatoide es una enfermedad inflamatoria crónica autoinmune que afecta fundamentalmente las articulaciones y que acaba causando destrucción articular y comporta discapacidad y reducción de la esperanza de vida si no se trata adecuadamente. El tratamiento actual con fármacos se inicia habitualmente después del diagnóstico de la artritis reumatoide, basado en los síntomas y signos clínicos, principalmente dolor e inflamación articular de predominio en manos y la presencia de anticuerpos contra proteínas citrulinadas, que son proteínas que han sufrido modificaciones (conocidas como ACPAs). Pero antes no aparezcan los primeros síntomas, se conoce que la enfermedad se inicia silenciosamente (fase preclínica) con la activación de células T y células B del sistema inmunitario que generarán los anticuerpos ACPA.
Hasta ahora no se han desarrollado estrategias terapéuticas dirigidas a esta fase previa asintomática de la enfermedad. Se sabe que las células T tienen un papel clave en la patogénesis de l‘artritis reumatoide, y es por eso que se ha realizado un ensayo clínico para determinar si la inhibición de estas células de manera temprana, antes de que aparezcan los signos clínicos de inflamación, tiene efectos en el desarrollo de la enfermedad.
Los resultados son prometedores, puesto que el tratamiento con el inhibidor de las células T (Abatacept, que hace años que está indicado en pacientes diagnosticados de artritis reumatoide) parece parar el desarrollo de la enfermedad en un porcentaje significativo de los afectados. En concreto, en el ensayo clínico realizado se diagnosticaron un 26% menos de casos de artritis reumatoide en las personas tratadas con la Abatacept. Además, después de seis meses de tratamiento, más de la mitad de los pacientes que recibieron el fármaco (28 de 49 participantes) mostraron una gran mejora de la inflamación de las articulaciones valorada por resonancia magnética (RM).
Otro de los resultados a destacar es que después de un año de la intervención terapéutica, es decir, de la administración del fármaco, sus efectos beneficiosos persistían: se detectó una disminución de la inflamación en las articulaciones, de los síntomas clínicos y del riesgo de desarrollar artritis.
“Estos resultados indican que si pudiéramos establecer intervenciones terapéuticas en la fase previa de la enfermedad, podría haber una ventana de oportunidad para evitar que se desarrolle la artritis reumatoide - expone Juan D. Cañete - creemos que este enfoque podría ayudar a muchas personas con riesgo de sufrir esta enfermedad.”
El ensayo clínico incluyó 98 personas (71% mujeres, edad media 50 años), sin diagnóstico clínico por artritis reumatoide, pero que presentaban indicios de sufrir la enfermedad (dolor sin signos clínicos de inflamación, pero con detección vía RM de inflamación en las articulaciones, huesos o tendones). La mitad de los participantes se los dio Abatacept y a la otra mitad placebo cada semana durante seis meses, después siguió un periodo observacional de doce meses.
Artículo de referencia
Rech, J., Tascilar, K., Hagen, M., Kleyer, A., Manger, B., Schoenau, V., Hueber, A. J., Kleinert, S., Baraliakos, X., Braun, J., Kiltz, U., Fleck, M., Rubbert-Roth, A., Kofler, D. M., Behrens, F., Feuchtenberger, M., Zaenker, M., Voll, R., Venhoff, N., … Schett, G. (2024). Abatacept inhibits inflammation and onset of rheumatoid arthritis in individuals at high risk (ARIAA): a randomised, international, multicentre, double-blind, placebo-controlled trial. In The Lancet. Elsevier BV. https://doi.org/10.1016/s0140-6736(23)02650-8