El proceso de creación de este dispositivo se nutre del interés histórico por maximizar el aprovechamiento de órganos de los profesionales del Servicio de Cirugía General y Digestiva del Hospital Clínic de Barcelona, liderado por el Prof. Juan C. García-Valdecasas. Se trata por ejemplo de hígados procedentes de donantes a corazón parado, personas mayores u órganos grasos que, al no disponer de la tecnología adecuada de conservación ex-vivo, no pueden utilizarse en un trasplante. Las investigaciones del Dr. Constantino Fondevila le llevaron a encabezar en 2005 un proyecto FIS financiado por el Ministerio de Sanidad que sentó las bases del funcionamiento y los requisitos técnicos del dispositivo. Así pues, el éxito de este dispositivo sería un ejemplo de retorno a la sociedad de las inversiones públicas realizadas en materia de investigación.
Actualmente los hígados se conservan en frío durante el tiempo transcurrido entre la extracción del órgano y su implante. Este intervalo de tiempo debe minimizarse tanto como sea posible para evitar daños en el tejido, y en ningún caso puede superar las 12 horas. La novedad que aporta el dispositivo de perfusión hepática normotérmica es que el hígado puede ser conservado en condiciones muy parecidas a las fisiológicas, en lugar de quedar aislado en una nevera. Además, gracias a un sofisticado sistema de sensores, permite analizar el estado funcional del hígado e incluso administrarle citoprotectores que optimizarán las condiciones del injerto. Los resultados obtenidos con cerdos son altamente esperanzadores, y según las estimaciones hasta tres cuartas partes de los órganos desechados actualmente podrían beneficiarse de este nuevo dispositivo.
El contrato firmado con Grifols establece un marco de colaboración público-privada cuyo programa se desarrolla en cuatro fases. En primer lugar se llevarán a cabo los estudios de bioingeniería que adaptarán el dispositivo al uso humano. En segundo lugar se realizarán estudios con animales de experimentación que abrirán las puertas a los ensayos clínicos. Finalmente se analizará el funcionamiento del dispositivo con órganos rechazados para el trasplante humano, para después empezar a testear su funcionamiento con todas las garantías de seguridad en trasplantes reales. El potencial y la historia de las partes firmantes de este contrato auguran un futuro esperanzador para la mejora de una intervención terapéutica tan importante como el trasplante de hígado.