Lo que sería necesario, según los autores, es un nuevo código de ‘Comportamiento Institucional Responsable’ (CIR), que debería utilizarse para categorizar las universidades. Los centros que obtuvieran una mayor puntuación deberían ser premiados con un estatus de ‘Centro de Excelencia’, que supondría el acceso a una financiación competitiva adicional. Las universidades sólo conseguirán una implicación real en este tema cuando la conducta responsable esté ligada a la financiación, argumentan Titus y Bosch.
Una parte fundamental del CIR sería la realización de cursos de CCR que enseñaran estándares aceptados de conducta científica. Los objetivos docentes deberían ser evaluados, como otros cursos. La participación del staff académico y de los estudiantes en estos cursos debería ser obligatoria y frecuente. Los estudiantes deberían recibir esta enseñanza específica al comienzo, durante y al finalizar el curso pre o postdoctoral. Los miembros facultativos también deberían participar activamente cada año. De forma ideal, los cursos de CCR deberían proporcionar créditos a nivel de enseñanza de grado. Los miembros académicos también deberían recibir una enseñanza específica, precisamente sobre cómo enseñar los cursos de CCR, que incluyera consejos para tutelar a sus estudiantes.
Las universidades deberían establecer y anunciar en las webs respectivas reglas claras acerca de autoría, conflictos de interés y manejo de datos.
Un sistema ideal debería incluir a un grupo de evaluadores que comprobara el esfuerzo de CIR de cada institución, que valorara la existencia y eficacia de los programas de CCR, enseñanza e implicación de profesores universitarios, políticas institucionales sobre autoría y regulaciones para evitar la conducta científica deshonesta. Para ello, sería necesario que se produjeran auditorias con visitas a los centros y entrevistas, en vez de evaluar simplemente documentos del trabajo realizado. Finalmente, sería fundamental que los programas de CCR fueran similares y consistentes en todos los centros académicos en cuanto a disponibilidad y eficacia de los mismos. Todo ello se podría lograr mediante el plan CIR propuesto.
Dr. Xavier Bosch Servicio de Medicina Interna del Hospital Clínic de Barcelona – IDIBAPS xavbosch@clinic.ub.es