Con la firma de este convenio, los equipos dirigidos por el Dr. Francisco Pérez Jiménez, del IMIBIC de Cordoba; la Dra. Mª Carmen García Parrilla, de la Universidad de Sevilla, y los doctores Ramón Estruch y Rosa Lamuela, del Hospital Clínico de Barcelona-IDIBAPS y de la Universidad de Barcelona, respectivamente, comenzarán de forma inmediata a realizar el primer estudio médico-científico sobre los efectos sobre la salud de estos singulares vinos andaluces.
Al acto asistieron, además de los presidentes de las Denominaciones Jerez y Manzanilla-Sanlúcar, Antonio Fernández; de Montilla-Moriles, Manuel Pimentel; de Condado de Huelva, Manuel Infante; de Málaga, José Manuel Ferreiro; el Presidente de Surgenia, Quim Larrea; y el Secretario General de FIVIN, Domingo Valiente, así como el Dr. Jordi Vilardell, en representación de la Fundació Clínic per la Recerca Biomèdica; José Miguel Guzmán de FIBICO; Ramon González Carvajal de FIUS y representantes de la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía.
Crianza biológica bajo velo de flor
El vino fino (denominado Pálido en el Condado de Huelva) y la manzanilla de Sanlúcar son vinos extraordinariamente singulares dentro del panorama enológico mundial. La acción de levaduras aeróbicas autóctonas durante su proceso de crianza les aporta, no solamente unas características organolépticas peculiares, sino también el desarrollo de una serie de sustancias –vitaminas, proteínas, aminoácidos, etc.– cuyos efectos sobre la salud serán ahora objeto de estudio, siempre sobre la base de una ingesta moderada.