Por este motivo, las terapias clínicas del suelo pelviano para mujeres incorporan dispositivos de biofeedback, que registran la actividad muscular mediante un electrodo introducido en la vagina. La paciente visualiza el resultado del ejercicio que está haciendo en la pantalla del dispositivo. Esto permite que la usuaria tome conciencia de la intensidad y la duración de la respuesta biológica a la presión que efectúa. Para descartar que la presión registrada se origine en el abdomen, estos dispositivos pueden incorporar unos electrodos que se sitúan en el vientre y recogen la actividad abdominal. Aun así, hasta ahora esta prestación sólo se incorporaba en algunos equipos de las unidades clínicas.
La novedad del dispositivo, desarrollado conjuntamente por la UPC y el Hospital Clínic, es que es el único aparato portátil de biofeedback que evalúa el entrenamiento mediante la monitorización de la actividad de la musculatura del suelo pelviano y la abdominal mientras la paciente hace los ejercicios. Además, facilita a los terapeutas la personalización de un programa de tareas, ya que pueden configurar el número, la duración y la secuencia de las contracciones prescritas. El nuevo dispositivo registra toda la actividad que la paciente realiza en su domicilio, y está preparado para que el terapeuta pueda obtener la información telemáticamente.
Otra mejora de este nuevo dispositivo portátil es que el programa analiza los datos y ofrece a la paciente una primera evaluación inmediata de los resultados. El especialista, por su parte, recibe un informe detallado de la evolución de los resultados de los ejercicios, facilitando el seguimiento. Además, el software es capaz de ajustar automáticamente la exigencia de los ejercicios prescritos en función de los resultados que obtenga la paciente.
Un equipo experto y multidisciplinar
Estas funcionalidades son posibles gracias al diseño de un dispositivo portátil y un programa de gestión clínica con un algoritmo estadístico, desarrollados por los investigadores Joan José Ramos y Miguel Ángel Mañanas, del Centro de Investigación en Ingeniería Biomédica (CREB) de la UPC.
La realización del prototipo del dispositivo es fruto de un trabajo multidisciplinar en el que han participado la doctora Montserrat Espuña, responsable de la Unidad de Suelo Pelviano del Instituto Clínic de Ginecología, Obstetricia y Neonatología (ICGON) del Hospital Clínic de Barcelona, y Amèlia Pérez, enfermera experta en incontinencia de la Unidad. Esta unidad lleva 30 años tratando mujeres con incontinencia urinaria. La doctora Espuña es la presidenta de la sección de suelo pelviano de la Sociedad Española de Obstetricia y Ginecología y actual presidenta del comité científico de la International Continence Society (ICS).
Un prototipo patentado
El nuevo dispositivo ya ha sido probado por un grupo de pacientes y por uno de voluntarias en una fase de pruebas pre-clínicas, con resultados muy satisfactorios.
Una vez patentado, varias compañías internacionales se han interesado por este prototipo, que mejora sustancialmente el tratamiento domiciliario con supervisión médica de una problemática que cada vez es más frecuente. Entre 2005 y 2011, la incidencia de la incontinencia urinaria creció un 5,86%.
La terapia basada en los ejercicios del suelo pelviano está muy extendida, puesto que se recomienda su aplicación como tratamiento inicial en la mayoría decasos de la incontinencia urinaria. Es una terapia sin riesgos asociados y con un elevado porcentaje de éxito, puesto que la curación es probable en casos de incontinencia urinaria leve y en la mayoría de las usuarias se observa una mejora significativa de sus síntomas y una disminución de la afectación de la incontinencia a su calidad de vida. Estos ejercicios también están indicados con una finalidad preventiva durante el embarazo y después de un parto.