Con la nueva actualización del calendario de vacunaciones en Cataluña, a partir del próximo curso, la vacuna contra el VPH estará financiada no sólo para las niñas sino también para los niños entre los 11 y 12 años. Con esta medida no sólo se garantiza la equidad entre ambos sexos, sino que se protege directamente a los niños de desarrollar cánceres relacionados con la infección por el Virus del Papiloma Humano (VPH) como el cáncer de orofaringe (parte de la garganta de detrás de la cavidad oral), de pene y de ano.
Numerosos estudios han puesto de manifiesto el beneficio de las vacunas del VPH en la prevención de la infección, así como el desarrollo subsiguiente de lesiones premalignas y cáncer en diversas áreas del tracto anogenital. Recientemente, un estudio realizado en Reino Unido mostró la importancia de administrar la vacuna a las chicas antes de las primeras relaciones sexuales, para prevenir el cáncer de cuello uterino. La reducción del número de este tipo de cánceres era superior en chicas de entre 11 y 12 años, que cuando se administraba a chicas mayores o mujeres adultas. La vacunación de chicas a los 11-12 años empezó a implementarse en Cataluña en el curso 2007-08 y provocó la disminución de más del 60% de las verrugas anogenitales entre las chicas de entre 16 y 19 años una década después. Además, la vacunación de las chicas proporciona una protección indirecta a chicos y varones. Así, en Cataluña, desde la implementación de la vacuna VPH se ha observado la reducción de un 4-6% de las verrugas genitales en los chicos y hombres jóvenes, así como también a chicas y mujeres no vacunadas.
El virus del papiloma es la infección de transmisión sexual más común: 1 de cada 10 individuos (mujeres y hombres) sexualmente activos lo adquirirán en algún momento de la vida. Puede afectar a las mucosas del trato anogenital, así como a la mucosa oral de hombres y mujeres. Hay más de 100 tipos diferentes de VPH. Algunos, llamados de “bajo riesgo” (porque no causan cáncer) son los responsables de las verrugas anogenitales y otros, los de alto riesgo, son capaces de producir cáncer de cuello uterino (el cuarto cáncer más frecuente en mujeres), de vulva, de pene, de vagina, de ano o de orofaringe.
Sin embargo, tener una infección por el VPH no quiere decir que necesariamente se desarrolle un cáncer. De hecho, la gran mayoría de las infecciones se eliminan espontáneamente. Sólo un pequeño porcentaje persiste y es capaz de producir lesiones que si no se tratan pueden progresar hasta convertirse en cancerígenas.
Además, actualmente se dispone de una herramienta muy efectiva para proteger a la población del VPH: la vacunación, que previene la infección del virus y, por tanto, del cáncer. Las vacunas comercializadas actualmente protegen contra el 90% de los cánceres de cuello uterino y el 90% de las verrugas anogenitales.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) aprobó en 2018 la estrategia europea de la salud de los hombres, que recomienda la promoción del papel de adolescentes y hombres en servicios relacionados con las infecciones de transmisión sexual. La Comisión Europea incentiva a los Estados miembros a promover la vacunación contra el VPH independientemente del género (es decir, para chicos y chicas), y propone apoyar esta iniciativa con fondos específicos del programa "La UE para la Salud". Hasta ahora, más de treinta países, en su mayoría europeos, como Austria, Alemania y Francia, ya han implementado la vacunación del VPH en niños. Desde el próximo curso escolar, Cataluña, se sumará a la vacunación, independiente del género, y será de momento, la primera comunidad autónoma del Estado Español en vacunar del VPH tanto a chicas como a chicos.