Los profesionales del servicio de nefrología del hospital maternoinfantil hacen el seguimiento previo y posterior al trasplante y colaboran con el equipo del Clínic en la intervención. Ambos equipos han presentado esta mañana en rueda de prensa el último caso de éxito-un niño de 8,900 kilos de peso y 20 meses de vida-, y otro realizado hace 10 años. Las dos familias, acompañados por los niños, ofrecieron sus testimonios ante los asistentes.
El equipo de este programa-integrado por urólogos, nefrólogos, coordinadores de trasplantes, anestesistas y personal de enfermería de los dos centros-intenta evitar la diálisis o, si no es posible porque el bebé es extremadamente pequeño para recibir directamente el transplante, intenta reducir al máximo el periodo que el paciente la recibe para evitar los efectos negativos que puede tener en la vida y salud del niño.
La insuficiencia renal puede causar un retraso en el crecimiento del niño, en su desarrollo psicomotor e intelectual y lo hace más propenso a sufrir enfermedades cardiovasculares en la vida adulta. La sustitución directa del riñón enfermo por uno sano permite, en cambio, la normalización completa de la función renal con lo que se evitan todos estos peligros y el niño lleva una vida totalmente normal con la única excepción que debe tomar de por vida medicación inmunosupresores y seguir controles rutinarios.
Desde diciembre de 2001, los profesionales de San Juan de Dios y el Clínic han efectuado 54 trasplantes de riñón en niños. En un 18% de estos niños -10 casos, el trasplante presentaba una especial complejidad técnica porque se trataba de niños de menos de 11 kilos de peso, seis de ellos con ocho kilos, lo que representa una dificultad extrema. En estos casos la cirugía requiere de mucha precisión porque los cirujanos deben conectar los vasos sanguíneos del riñón que se trasplante de dos o tres milímetros de diámetro-los del niño para que el órgano reciba riego sanguíneo y mantenga sus funciones.
La edad de estos niños de menos de 11 kilos de peso cuando fueron sometidos al trasplante fue de 2 años de media y osciló entre un año y medio que tenía el paciente trasplantado más pequeño y tres años y medio que tenía el más grande. El 90% había nacido con la enfermedad renal y tuvo que recibir diálisis peritoneal hasta que ganaron bastante tomado para poder recibir el trasplante.
Los profesionales del programa apuestan por hacer, siempre que sea posible, transplantes de riñón procedentes de donantes vivos para que presenten importantes ventajas: garantiza una mayor calidad del órgano, reduce las probabilidades de rechazo y los resultados del trasplante son mejores a corto y largo plazo. De los 54 niños trasplantados en los últimos once años en el programa de la Agrupación Sanitaria Clínic-Sant Joan de Déu, el 20% han recibido un órgano de donante vivo. En todos los casos el riñón ha sido dado por la madre o el padre.