Según las conclusiones del estudio, el consumo diario de frutos secos, entre ellos nueces, reduce el colesterol total en un 5,1% y el colesterol LDL o malo en un 7,4%. El Dr. Emilio Ros explica que “hemos comprobado que la respuesta del colesterol a los frutos secos depende del índice de masa corporal: cuanto menor es éste mayor es la reducción de los niveles de colesterol, mientras que el efecto en las personas obesas es más moderado”.
En España, el 20% de la población mayor de 18 años presenta un nivel de colesterol excesivo, con cifras superiores a los 250 mg/dl, según datos de la Sociedad Española de Cardiología. El trabajo del Hospital Clínic y la Universidad de Loma Linda también confirma que este colectivo es quien más se beneficia el consumo diario de nueces, avellanas, pistachos, etc. El Dr. Ros subraya que “las personas cuyas cifras de colesterol son más altas experimentan una disminución más acusada que aquellas con cifras cercanas a las normales”.
Los beneficios de los frutos secos no se detienen aquí. Según el trabajo, la reducción del colesterol con el consumo diario de nueces u otros frutos secos también es significativamente mayor en personas que siguen una dieta poco saludable que entre aquellos que siguen una dieta baja en grasas saturadas. Asimismo este análisis ha permitido detectar que los frutos secos no sólo contribuyen a reducir el colesterol sino también los triglicéridos, en concreto en personas con niveles elevados de estas grasas en sangre, superiores a los 150 mg/dl. Los niveles de triglicéridos se redujeron en un 10,2% en promedio.
25 estudios analizados
El equipo de expertos dirigido por el Dr. Ros y el Dr. Sabaté compiló los datos individuales de la respuesta a dietas enriquecidas en frutos secos de un total de 583 adultos, a partir de 25 estudios dietéticos realizados en siete países distintos. Las personas participantes, con cifras altas o normales de colesterol y sin seguir ningún tratamiento con medicamentos para reducirlas, añadieron una dosis diaria de frutos secos a su dieta durante un período de tiempo que osciló entre las tres y las ocho semanas.
Según las conclusiones del estudio, parcialmente financiado por el International Nut and Dried Fruit Council (INC), no se apreciaron variaciones significativas en la respuesta del colesterol en relación al tipo de fruto seco consumido, pero ésta se relacionó con la dosis diaria (a mayor consumo de frutos secos, mayor reducción del colesterol).
Con estos hallazgos se confirma la idoneidad de incluir los frutos secos como las nueces en dietas terapéuticas para prevenir las enfermedades del corazón ya que, además de reducir el colesterol, son ricos en otros nutrientes beneficiosos, fibra, minerales y vitaminas.