"Nuestra experiencia ha permitido superar algunas contrariedades". Así se refería el Dr. Arturo Huerta al papel que han jugado muchos de los cooperantes del Clínic en los campos de refugiados. Ante el desconcierto que en muchos casos se vive en estas situaciones, algunos de los profesionales del Clínic han podido aportar su experiencia y conocimiento para contribuir a una mejor organización sanitaria. Es el caso del dr. Huerta, que no paró hasta que consiguió establecer un circuito para el diagnóstico de pacientes con sospecha de tuberculosis. Tuvo que poner de acuerdo a todas las ONG de la isla griega de Chios (WAHA, MDM, Samaritanos, Cruz Roja y Praksis) con los neumólogos del Hospital de la zona y ACNUR. Y lo consiguió.
Es también el ejemplo de la Dra. Paula Masgoret, que desde el público recordó que el simple consejo de cambiar los guantes con los que se visitan los refugiados que sufren heridas infectadas es ya una enorme contribución a la mejora de la higiene y de la prevención entre los habitantes de los campos.
"Hay gente que vive en el infierno"
La dra. Gómez Angelats describió la crudeza a la que deben hacer frente todos aquellos que se encuentran atrapados en Europa huyendo del conflicto o de la pobreza: según dice, en los campamentos de refugiados, "hay gente que vive en el infierno". Un infierno que, tal y como recordó, es el resultado de una situación límite, en muchos casos sin una respuesta de las instituciones europeas capaz de ofrecer horizontes de esperanza.
Además, también se dio información sobre la realidad de los campos y se propusieron mejoras organizativas. Tessa de Alba recordó los aproximadamente 300 paquistaníes que viven fuera de los campamento que hay en la isla de Kos y que padecen sarna; se explicaron los esquemas asistenciales de los campamentos de las islas donde han ido los cooperasnts del Clínic, Chios y Kos, y se dieron a conocer las patologías más frecuentes entre los refugiados.
Por otra parte, el dr. Josep M. Campistol, director general del Clínic, agradeció la dedicación de todos los cooperantes que han ido a Grecia, de todo el personal del hospital que desde aquí ha hecho posible el proyecto, así como de todos los profesionales que se han ofrecido y que por diversos motivos no han podido ser seleccionados para marchar a los campos. El dr. Campistol también quiso justificar el proyecto S.O.S. Refugiats como expresión de la solidaridad que guía los valores del Clínic y de la voluntad de ir más allá del ensanche barcelonés y de colaborar, en la medida de lo posible, con la asistencia de los más necesitados.