La microbiota intestinal, que está formada por, aproximadamente, un billón de bacterias por gramo de materia fecal, proporciona al organismo nutrientes y vitaminas esenciales y ayuda a digerir componentes alimenticios de difícil digestión. Además, contribuye al desarrollo normal de la inmunidad, es decir, a educar al sistema inmunitario para hacer su tarea. No obstante, cuando se desajusta, la microbiota puede promover enfermedades autoinmunes a través de varios efectos sobre glóbulos blancos, que son los que nos defienden de las infecciones, pero que también pueden atacar a nuestros propios tejidos, provocando enfermedades inflamatorias.
En general, estos efectos no son específicos y controlan el equilibrio entre los tipos de glóbulos blancos con diferentes funcionalidades, por ejemplo, inflamatorios o antiinflamatorios. En consecuencia, el equilibrio entre estos y otros tipos de células inmunes probablemente varía en función de los cambios en la microbiota intestinal. "De hecho, se piensa que juega un papel clave en el aumento constante de la incidencia de enfermedades autoinmunes en las últimas décadas en las sociedades industrializadas, un aumento que se ha asociado a mayores tasas de higiene, por el uso de antibióticos o limpieza en general", señala Pere Santamaria.
En el artículo publicado en la revista Cell los investigadores han descubierto un nuevo mecanismo por el que la microbiota intestinal puede regular los glóbulos blancos que causan autoinmunidad: una proteína expresada por un componente prevalente de la microbiota provoca el reclutamiento en el intestino de un tipo específico de glóbulos blancos cuando comienza la colitis ulcerosa, un tipo de enfermedad inflamatoria intestinal. Este reclutamiento produce la supresión de la inflamación. Es decir, la penetración de la pared intestinal por parte de la microbiota digestiva normal en respuesta a un desencadenante de la colitis ulcerosa tiene un efecto llamada para extinguir la inflamación.
Por otro lado, el tipo de glóbulos blancos que ha permitido este descubrimiento también revelaron otro fenómeno desconocido anteriormente: que algunos glóbulos blancos que causan diabetes tipo 1 existen en el cuerpo porque se necesitan para proteger el organismo contra la enfermedad inflamatoria intestinal . "Esto indica que la microbiota intestinal expresa proteínas que pueden provocar la activación o regulación de glóbulos blancos que participan en enfermedades autoinmunes específicas que son distales al intestino", explica Santamaria.
"En conjunto, estas nuevas observaciones tienen profundas consecuencias terapéuticas y descubren mecanismos nuevos que permiten una mejor comprensión de la relación simbiótica que existe entre la microbiota intestinal y el organismo", concluye Pere Santamaria.
Referencia del artículo:
A gut microbial mimic that hijacks diabetogenic autoreactivity to suppress colitis.
Roopa Hebbandi Nanjundappa, Francesca Ronchi, Jinguo Wang, Xavier Clemente-Casares, Jun Yamanouchi, Channakeshava Sokke Umeshappa, Yang Yang, Jesús Blanco, Helena Bassolas-Molina, Azucena Salas, Hamza Khan, Robyn M. Slattery, Madeleine Wyss, Catherine Mooser, Andrew J. Macpherson, Laura K. Sycuro, Pau Serra, Derek M. McKay, Kathy D. McCoy, Pere Santamaria.
Cell. DOI: http://dx.doi.org/10.1016/j.cell.2017.09.022