Actualmente el interés de la sociedad por la mejora estética facial y corporal ha aumentado de forma considerable, teniendo como objetivo el sentirse mejor con uno mismo. Cotidianamente nos encontramos con mensajes publicitarios que abarcan un amplio abanico de tratamientos para teóricamente sentirnos mejor, productos alimentarios y fármacos adelgazantes, cápsulas de hierbas diuréticas, otras que llevan compuestos minerales y mezclas de dudosa credibilidad pero que en cualquier caso evitan el estreñimiento propio de los regímenes proteicos y poco equilibrados.
Con lo natural que resulta llevar un hábito de vida saludable, comiendo de forma ordenada y equilibrada, haciendo ejercicio físico diario, evitando el sedentarismo y otros excesos, y sin embargo nos complicamos haciendo todo lo contrario, para luego no sentirnos a gusto y tener que recurrir a tratamientos que cuestan dinero y no son algunos de ellos recomendables. Hasta aquí sólo hemos tratado de forma rápida el peso corporal.
Ya no son sólo las mujeres que leen las revistas relacionadas con temas de belleza, que por cierto no son pocas, o que acuden a centros de belleza, clínicas de medicina estética, o simplemente “chiringuitos” que hacen un poco de todo y mal, sino que cada vez hay más hombres que tienen las mismas necesidades. También observamos que la edad del interés por la estética es cada vez más temprana, ya que no se trata sólo del envejecimiento facial y corporal, sino que han salido al mercado otros tratamientos que generan mucha demanda social, algunos porque son muy prácticos (depilaciones definitivas con láser), inyecciones de toxina botulínica en la axila para el tratamiento de la hiperhidrosis (sudoración excesiva) y otros para eliminar la grasa del cuerpo, evitar la flacidez y aumentar la elasticidad y tersura de la piel e incluso tratar varicosidades, manchas solares, vasculares y muchas más cosas.
No es de extrañar pues que con lo que hemos comentado hasta aquí cada vez aparezcan más revistas, nuevas ofertas asistenciales, centros, fabricantes de aparatos, productos para rellenos, cosméticos, etc. al mismo tiempo que personas con visión de negocio pero sin el debido conocimiento, formación y cualificación profesional, son capaces de realizar y recomendar cualquier tratamiento relacionado con la medicina estética.
Así pues, para garantizar las máximas condiciones de seguridad a las personas usuarias de tratamientos de medicina estética, sociedades médicas tales como la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME), la Sociedad Española de Láser Médico Quirúrgico (SELMQ), la Sociedad Española de Medicina y Cirugía Cosmética (SEMCC), la Sociedad Española de Medicina Antienvejecimiento y Longevidad, afirman que los tratamientos médico-estéticos deben estar validados por la comunidad científica. Subsidiariamente podrán ser aceptados los tratamientos recogidos y avalados por sociedades científicas españolas. Además reivindican la necesidad de completar la regulación del sector.
Sucesos negros como los acaecidos en algunas ciudades españolas han puesto de relieve la necesidad de legislar los requisitos mínimos para los centros de medicina estética.
La Direcció General de Recursos Sanitaris del Departament de Sanitat i Seguretat Social de la Generalitat de Catalunya con respecto a la Medicina Estética regula y establece los requisitos mínimos que deben cumplir los centros que realizan actividades relacionadas con la medicina estética entre los que establece de forma clara que debe ser un licenciado en medicina el responsable de realizar los tratamientos y describe todos los procedimientos desde los que hacen referencia a la nutrición y dietética, patología estética del tejido graso a la patología estética de la piel, tratamientos faciales y corporales, patología estética vascular y la medicina antienvejecimiento.
En el caso de la utilización de aparatos láser, la fluencia que se programa tiene que ser exacta para evitar riesgos de quemaduras y otras complicaciones en la piel y los ojos, por lo que sólo puede ser utilizado por un médico o sanitario formado y entrenado bajo la supervisión médica. En la práctica diaria, los fabricantes pueden venderlo a cualquier persona y puede ser por tanto utilizado en centros que no controla el Departamento de Sanidad, como por ejemplo las peluquerías. Lo ideal sería que sólo se pudieran vender a médicos, como ocurre en EEUU.
Aunque no es muy común, los riesgos registrados son casos de quemaduras, cambios de pigmentación, reactivación del virus del herpes, e incluso la falta de eficacia son situaciones ante las cuales el personal responsable debe saber responder.
La normativa también especifica los requisitos físicos de los centros, las salas de tratamiento, ventilación, temperatura, los equipos y utillaje en cada tratamiento, los medicamentos y productos sanitarios autorizados en Medicina Estética por el Departamento de Sanidad y Seguridad Social.
Requisitos de admisión y exclusión de los pacientes: aquellos que sufran alteraciones graves, descompensaciones frecuentes de sus dolencias, quedan excluidos.
Requisitos en reanimación cardiopulmonar: formación del médico en reanimación cardiopulmonar básica y disponibilidad en el centro de la medicación necesaria y equipo de monitorización básica.
Otro requisito es la documentación clínica, es decir historia clínica del paciente y el consentimiento informado. Finalmente deben disponer de un sistema de atención de las reclamaciones y las normas de protección y seguridad, esterilización del material y utillaje y gestión de los residuos sanitarios generados en el centro.
Si entramos en la realidad diaria y uno busca en google para obtener información relacionada con medicina estética, la oferta es impresionante; si además contactas, puedes encontrar, por poner un ejemplo, la oferta de un tratamiento adelgazante en el que pierdes una talla en una sesión con la combinación de cuatro tratamientos en uno: radiofrecuencia, infrarrojos, vacumterapia y masaje. Si por casualidad preguntas si es personal médico el que te atenderá en la primera visita, la respuesta es que no hay médico.
¡Esto no es serio! No cumple ni siquiera la definición de un centro de medicina estética, que es el primer requisito. Por tanto cuando quieran mejorar el aspecto físico, que todos estamos en nuestro derecho, les moleste el envejecimiento fisiológico, el tejido graso, las varicosidades, el vello… con la finalidad de conseguir mejorar la calidad de vida y el bienestar físico y psíquico para configurar un estado óptimo de salud, primero asesórense bien, busquen un centro de calidad asistencial que cuente con un responsable médico, que cumpla los requisitos antes mencionados y no arriesguen la mayor riqueza de que disponemos, nuestra salud ¡sólo cuando la perdemos nos damos cuenta del valor que tiene!