El envejecimiento de la población hace que el ingreso en las unidades de cuidados intensivos (UCI) sea cada vez más frecuente. Y en ocasiones médicos o familia consideran la edad como un factor limitante para ingresar pacientes en estas unidades. Un estudio realizado por el Dr. Alfons López Soto y el Dr. Emilio Sacanella, de la Sección de Geriatría del Hospital Clínic de Barcelona; en colaboración con el Dr. Josep María Nicolás y el Dr. Pedro Castro, del Área de Vigilancia Intensiva (AVI), perteneciente al servicio de Medicina Interna del centro catalán, demuestra que la autonomía funcional (actividades básicas e instrumentales) y la calidad de vida de los ancianos previo al ingreso, son más importantes que la edad para identificar aquellos pacientes con mayores probabilidades de supervivencia a un ingreso no electivo en la UCI.
En el estudio han participado 230 pacientes ancianos, seleccionados prospectivamente, que antes del ingreso vivían en su domicilio, tenían una vida independiente y no presentaban alteraciones cognitivas. Se ha realizado un seguimiento durante su estancia en el hospital y hasta 18 meses después de ser dados de alta para conocer la incidencia de mortalidad a corto y largo plazo. El trabajo concluye que incluso en estos pacientes “sanos”, la admisión no electiva en la UCI se asocia con una elevada mortalidad acumulada a largo plazo, que asciende a un 55%. A corto plazo la mortalidad se relaciona con la gravedad de la enfermedad aguda; sin embargo, a largo plazo los factores predictivos más importantes son la autonomía funcional en actividades cotidianas - como la capacidad de cocinar, el manejo del dinero o el uso del transporte público-, y la calidad de vida basal, mientras que la edad no parece tener un papel relevante.
Identificar qué pacientes ancianos tienen las mejores expectativas de supervivencia con buena calidad de vida tras un ingreso en la UCI es un reto de cara al futuro. Sobretodo, cuando el envejecimiento de la población, entre otros factores, hace que, en un futuro cercano, el ingreso de ancianos en la UCI sea cada vez más frecuente, mientras que la disponibilidad de recursos económicos es limitada. En este sentido, los elementos de valoración geriátrica – funciones cognitiva, social y física, que engloba actividades básicas e instrumentales-, realizados con escalas cuantitativas, pueden tener un papel relevante.
Otro reto pendiente son los aspectos éticos del tratamiento de las personas ancianas y cómo afrontar la Limitación de Esfuerzo Terapéutico (LET), que hace referencia a retirar o no iniciar un tratamiento por el que no se generan beneficios para el paciente. En el caso de personas mayores de 65 años, la edad puede ser considerada como un factor relevante para limitar el esfuerzo terapéutico, pero ante la duda se deben ofrecer los recursos necesarios a un sector poblacional que va en aumento. Los estudios observacionales, como el realizado por los equipos de Geriatría y de Cuidados Intensivos del Hospital Clínic de Barcelona, tienen como objetivo ofrecer herramientas que ayuden a mejorar la calidad de vida de los pacientes ancianos después de ingresar en la UCI.