La esperanza de vida al nacer es actualmente superior a los 80 años, cuando hace cien años llegaba justo a los 40 años. Para el Dr. Escarrabill, aunque se sufra de una enfermedad crónica vivir más representa un éxito, no un problema. Envejecimiento y enfermedades crónicas forman parte de este éxito. Pero, aunque no podemos impedir del todo la aparición de las enfermedades crónicas, sí que podemos retrasar tanto como sea posible su aparición y limitar su impacto.
Las enfermedades crónicas no se definen solamente por la duración sino por sus características: son de larga duración, se acompañan de un deterioro progresivo, de la necesidad de muchos fármacos y, a veces, de agudizaciones de las enfermedades que requieren un ingreso hospitalario. Además, no es raro que este tipo de pacientes requiera de la intervención de muchos profesionales sanitarios los cuales, a veces, trabajan en instituciones diferentes y casi no se conocen, lo que comporta una fragmentación y duplicidades que muchas veces representan más una molestia que un servicio al paciente. Y en todas las enfermedades crónicas graves, especialmente en las fases avanzadas, los pacientes y sus cuidadores han de hacer frente a la discapacidad y a la dependencia. Podemos decir pues, según el Dr. Escarrabill, que las enfermedades crónicas afectan a las personas pero acaban siendo de "toda la familia".
El impacto social de las enfermedades crónicas es tan importante que en 2011 la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó una resolución que animaba a todos los países a mejorar la atención de los pacientes con enfermedades crónicas. Un hecho de estas características sólo se había producido para abordar el problema de la SIDA. Además del impacto sobre las personas, las enfermedades crónicas tienen un gran impacto sobre el conjunto del sistema sanitario por el uso intensivo de recursos y el coste de los servicios.
Para el Dr. Escarrabill, el esfuerzo que ha de hacer el sistema sanitario para dar respuesta a las necesidades de los pacientes con enfermedades crónicas ha de ser huir de una intervención basada en la “talla única” y mirar de personalizar la atención tanto com sea posible. Para conseguirlo, ha de identificar grupos de pacientes con necesidades comunes, hacer un abordaje poblacional -es decir, mejorar la atención de todos los pacientes que viven en un territorio, no solamente los que "llaman a la puerta"- y, sobre todo, empoderar al paciente para que tenga las habilidades y los conocimientos necesarios para cuidar de sí mismo.
En el marco del Pla de Salut de Catalunya 2011-2015, el Clínic ha desarrollado programas específicos para enfermedades como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), la insuficiencia cardíaca o la diabetis, por ejemplo, para pacientes de alta complejidad. Paralelamente, ha desarrollado políticas transversales para promover la información y la educación terapéutica, para mejorar la eficiencia en las transacciones (altas en casa o traslado a otros centros, por ejemplo) o para abordar la polimedicación.
En la mejora de la atención a las enfermedades crónicas, el papel del paciente es crucial en cuanto a los hábitos alimentarios saludables, el mantenimiento de la actividad física -como caminar como mínimo 30 minutos al día- y en la toma de la medicación. También es muy importante el papel del cuidador, y el de los médicos y enfermeras de Atención Primaria a la hora de tomar decisiones, ya que ofrecen proximidad y accesibilidad a los pacientes, además de conocerlos de forma cercana.
Tras la conferencia del Dr. Escarrabill y del turno de preguntas por parte del público asistente a la sala, se presentó la siguiente conferencia del ciclo Fòrum Salut Clínic, "Nuestro corazón: una máquina perfecta que hemos de cuidar" que ofrecerá el Dr. Josep Brugada, eminente cardiólogo reconocido internacionalmente.