La incidencia del carcinoma hepatocelular (HCC) crece en todo el mundo y se prevé que pronto supere el millón de casos diagnosticados al año. El HCC es el tipo más frecuente de cáncer de hígado y es la segunda causa de muerte por cáncer en el mundo. En los países desarrollados, los programas de cribado permiten la detección precoz de este tipo de cáncer hepático en el 40-50% de los pacientes, lo que permite aplicar estrategias de tratamiento potencialmente curativas.
El único tratamiento disponible hasta hace dos años para el HCC avanzado era el inhibidor multiquinasa Sorafenib. En los últimos dos años se ha producido un cambio revolucionario en el manejo de este tumor, con la aparición de al menos 4 nuevas opciones terapéuticas fundamentadas en estudios fase III. Estos estudios han demostrado la eficacia de nuevos fármacos en primera línea (lenvatinib) y en segunda línea (regorafenib, cabozantinib y ramucirumab). La FDA también ha aprobado nivolumab en base a los resultados en un estudio fase II.
"El carcinoma hepatocelular es un tumor altamente resistente a los tratamientos existentes y, por tanto, es difícil de curar", explica Josep M. Llovet, primer firmante del artículo. "Los nuevos tratamientos han demostrado beneficios clínicos aunque la media de supervivencia en HCC avanzado aún se encuentra alrededor del año, como en el caso del sorafenib. Así, hay una necesidad médica no resuelta de nuevas terapias para abordar este tipo de cáncer", añade.
El artículo publicado en la revista Nature Reviews Clinical Oncology revisa la clasificación molecular del carcinoma hepatocelular, así como los últimos ensayos clínicos publicados y las guías de práctica clínica para el manejo de la enfermedad.
En los últimos años se han hecho avances importantes en la comprensión de la biología del HCC a través de estudios genómicos, transcriptómicos y epigenómicos. Estos estudios han proporcionado el mapa de las alteraciones moleculares asociadas a la enfermedad, aunque las más comunes no se pueden tratar con ningún fármaco. Sin embargo, un 25% de los HCC tienen alteraciones que potencialmente pueden ser dianas terapéuticas. Este nuevo conocimiento, sin embargo, aún no ha dado lugar a nuevos biomarcadores que permitan distinguir qué pacientes pueden beneficiarse de los tratamientos disponibles.
"El futuro en el tratamiento de la enfermedad se centra en tres puntos: las combinaciones de fármacos, el uso de inmunoterapia combinado con la identificación de nuevos predictores de respuesta, y la medicina de precisión basada en la acción sobre las alteraciones moleculares", señala el Dr. Llovet. Nuevos estudios en fases preliminares demuestran que la combinación de inhibidores de quinasas e inmunoterapia constituye una estrategia prometedora en el abordaje de este tipo de cáncer de hígado. "Esta es la estrategia que mejores resultados está dando. En estudios de fase I y II las combinaciones de diferentes tratamientos de inmunoterapia con anticuerpos monoclonales o con inhibidores de la tirosina quinasa aumentan de forma significativa la respuesta de los pacientes y mejoran la supervivencia", explica el Dr. Llovet. "Todavía se necesitan estudios aleatorios que confirmen este escenario y nuevos biomarcadores capaces de predecir la respuesta a los tratamientos", concluye.
Referència de l’article:
Molecular therapies and precision medicine for hepatocellular carcinoma. Llovet JM, Montal R, Sia D, Finn RS. Nat Rev Clin Oncol. 2018 Jul 30. doi: 10.1038/s41571-018-0073-4.