El Sintrom es reversible con vitamina K en cuestión de horas y con complejos de protrombina en minutos, si fuera preciso realizar por ejemplo una intervención cardiaca. El equipo que dirige el Dr. Ginés Escolar estudia cómo se podrían revertir los efectos de los nuevos anticoagulantes. Basándose en resultados con modelos animales, se ha analizado in vitro la utilidad de tres terapias para contrarrestar el efecto de apixabán, uno de los nuevos anticoagulantes, en sangre humana circulando sobre un segmento vascular ya dañado. Las terapias estudiadas son el factor VII recombinante y los complejos de protrombina activados y no activados.
Los resultados han mostrado que los tres compuestos podrían servir para enfrentarse a los trastornos de la coagulación que podría generar el apixabán. Mientras que los complejos de protrombina activados y no activados parecen ser más eficientes que el factor VII recombinante en la restauración de la generación de la trombina, este factor de coagulación fue el más rápido en producir un trombo compacto, seguido de complejos de protrombina activados y no activados.
Estos resultados abren una posibilidad de búsqueda de dosis de agentes reversibilizantes como los de protrombina, que podrían servir para compensar los defectos que están produciendo los nuevos fármacos y generar datos para un ensayo clínico. El trabajo también concluye que no hay un efecto directo antiplaquetario de apixabán, sinó que la disminución de la generación de trombina tiene un efecto indirecto sobre las plaquetas. Los investigadores concluyen que los complejos de protrombina no activados serían los que ofrecen mejor seguridad y resultados globales, mientras que los factores VIIa recombinante serían la opción más potente aunque hay que seguir estudiando los efectos secundarios que pueden tener.