En la elaboración de las guías de la EASL (Asociación Europea para el Estudio del Hígado, por sus siglas en inglés) y de la ILCA (International Liver Cancer Association) han participado la Dra. María Reig, jefa de la Unidad de Oncología Hepática del Clínic , del grupo Oncología hepática (BCLC) y del grupo CIBEREHD en representación de la EASL, y el Dr. Alejandro Forner, hepatólogo del mismo equipo como miembro del panel de expertos en esta patología.
El colangiocarcinoma (CCA) incluye un grupo de tumores malignos biliares muy diversos que pueden surgir en cualquier conducto del hígado. Su incidencia está aumentando en todo el mundo y representa cerca de 15% de todos los cánceres de hígado primarios y un 3% de los tumores gastrointestinales malignos. Está asociado a una elevada mortalidad ya que en las primeras fases es una enfermedad silente, tiene una naturaleza agresiva y es resistente a los tratamientos disponibles.
“El reto frente a esta enfermedad es conseguir diagnosticarla en fases tempranas, caracterizarlo a nivel molecular, para poder hacer optimizar el estadiaje y ofrecer un tratamiento personalizado en base a las características del paciente”, explica María Reig.
En los últimos años se han hecho avances en la comprensión de la biología del tumor y se han identificado potenciales dianas terapéuticas. También se han diseñado nuevas herramientas de diagnóstico y terapias que puedan ayudar a mejorar la evolución de los pacientes.
En base a estos avances, las dos asociaciones, EASL e ILCA, reunieron a un panel de especialistas multidisciplinar para elaborar unas nuevas guías de tratamiento dirigidas a profesionales vinculados al diagnóstico y seguimiento del colangiocarcinoma. El panel de autores lo formaron expertos en hepatología, radiología, epidemiología, anatomía patológica, cirugía digestiva y oncología.
En las guías se establecen las directrices para identificar los factores de riesgo asociados a la enfermedad y cuál debe ser el seguimiento de las personas con estos factores de riesgo para un diagnóstico temprano de la enfermedad.
También se revisan las herramientas diagnósticas, de estadiaje y los nuevos tratamientos. “En las guías se incluye por primera vez la inmunoterapia, en este caso duravalumab, administrada junto a la quimioterapia convencional como tratamiento de primera línea para colangiocarcinoma”, explica Alejandro Forner.
Las guías también incluyen un apartado sobre los retos para el futuro en el manejo del colangiocarcinoma, la importancia de la prevención, del diagnóstico precoz y nuevas estrategias de prevención y tratamiento para hacer frente a la enfermedad y conseguir reducir su incidencia y mortalidad. Incidir sobre los factores de riesgo es muy importante, y para ello se realizan campañas de concienciación en las zonas con mayor incidencia, “pero estos factores sólo se encuentran en el 30% de los pacientes, con lo que es urgente encontrar otras causas de la enfermedad, como factores ambientales o su interacción con las características genéticas del tumor”, señalan los autores.
El grupo de la Unidad de Oncología hepática (BCLC) forma parte de la red internacional para el estudio del colangiocarcinoma (ENSCCA) y ERN-RARE Liver donde se llevan a cabo proyectos de colaboración y diseminación del conocimiento, así como del del proyecto liderado desde CIBER, Inmune4All, para identificar biomarcadores diagnósticos y pronósticos, definir mutaciones clave que puedan ser tratables y desarrollar nuevos tratamientos y estrategias terapéuticas.
Referencia de las guías:
European Association for the Study of the Liver. EASL-ILCA Clinical Practice Guidelines on Intrahepatic Cholangiocarcinoma. J Hepatol. 2023 Mar 22:S0168-8278(23)00185-X. doi: 10.1016/j.jhep.2023.03.010.