El trabajo lo ha coordinado Analía Bortolozzi (CSIC-IDIBAPS), investigadora del grupo de Neurofarmacología de Sistemas liderado por Francesc Artigas (CSIC-IDIBAPS) y ha sido financiado por la Brain and Behavior Foundation (USA) a través del programa NARSAD Independent Intestigator. Ha contado con la colaboración del Dr. J. Javier Meana y su equipo de investigación (Universidad del País Vasco). Los primeros firmantes del artículo son María Neus Fullana (investigadora pre-doctoral en el CSIC-IDIBAPS) y Albert Ferrés-Coy (CSIC-IDIBAPS).
El trastorno depresivo afecta a más de 300 millones de personas en el mundo y es la principal causa de discapacidad. Tiene una gran repercusión socioeconómica y requiere de medicación y psicoterapia para ser tratada. Los tratamientos farmacológicos actuales tardan en hacer efecto y tienen una eficacia limitada. “Comprender la base neurobiológica de la depresión y encontrar nuevas dianas terapéuticas sigue siendo uno de los principales desafíos para la neuropsicofarmacología moderna”, señala Analía Bortolozzi.
Los oligonucleótidos inhibitorios son moléculas formadas por secuencias cortas de ADN o ARN que se utilizan en terapia génica para el silenciamiento o inhibición de genes. Esta estrategia se utiliza para evocar los efectos de los antidepresivos clásicos pero con un tiempo de acción más rápido. Para el estudio que publica la revista Molecular Neurobiology, se ha utilizado un ARN de interferencia para inhibir la síntesis del canal de potasio TASK3 en el interior de las neuronas de serotonina y noradrenalina.
Los investigadores han evaluado en ratones la eficacia del tratamiento intranasal con esta molécula de ARN interferente. “Los resultados muestran que con sólo una semana de tratamiento con el oligonucleótido se consigue un efecto antidepresivo igual o superior al obtenido tras 4 semanas de tratamiento con fluoxetina”, explica Analía Bortolozzi, investigadora del CSIC y autora principal del estudio.
La investigación con este tratamiento está todavía en fase preclínica, pero los resultados señalan el potencial de las estrategias basadas en RNA de interferencia y, en concreto, de TASK3, para superar las limitaciones de los fármacos actuales.
Referencia del artículo:
Fullana MN, Ferrés-Coy A, Ortega JE, Ruiz-Bronchal E, Paz V, Meana JJ, Artigas F, Bortolozzi A Mol Neurobiol. 2018 Aug 7. doi: 10.1007/s12035-018-1288-1.