Un trabajo publicado recientemente en la revista Blood demuestra que identificar si la citopenias es autoinmune podría tener utilidades no sólo en el pronóstico sino también en el tratamiento de la LLC. El trabajo tiene como primera firmante a la Dra. Carol Moreno y como último al Dr. Emili Montserrat, del equipo IDIBAPS Hemato-Oncología y ha contado con la colaboración de varios servicios del Clínic.
El estudio publicado en Blood incluyó una muestra de 960 pacientes con LLC del Hospital Clínic, el 7% de los cuales presentaban citopenia autoinmune. Aunque se observó una clara asociación entre la presencia de trastornos autoinmunes y otras variables que indican un mal pronóstico, como el elevado recuento de linfocitos o la expresión aumentada de los genes ZAP-70 y CD38, la evolución de los pacientes con una citopenias de origen no fue significativamente diferente del resto. Mucho más importante aún fue el hecho de que aquellos pacientes con una enfermedad en un estado avanzado tenían mejor pronóstico si la anemia o la plaquetopenia se debía a un mecanismo autoinmune que si era producida por una infiltración masiva y mal funcionamiento de la médula ósea. La supervivencia promedio era de 7,4 años en el primer grupo y de 3,7 años en el segundo.
Estos resultados demuestran que hay que tener en cuenta el origen de la citopenias en la clasificación de la gravedad de los pacientes con LLC. En estos momentos, sin embargo, un porcentaje importante de pacientes, aquellos con una citopenias autoinmune, siguen clasificándose de en un estadio de gravedad que no les corresponde. En una editorial de la Dra. Claire Dearden que acompaña a este artículo se señala la importancia del mismo e incluso se sugiere la necesidad de modificar los sistemas de clasificación pronóstica de los enfermos con LLC de acuerdo con los hallazgos de los investigadores del Clínic-IDIBAPS.