“Si los pacientes hacen uso de los datos que les ofrece el sensor a tiempo real –añade el Dr. Conget-, o al menos en un 70%, no hay duda de que el sistema combinado funciona y el paciente obtiene buenos controles”. Su uso está indicado para aquellas personas con diabetes tipo 1 con múltiples dosis de insulina que no consiguen un buen control de su enfermedad. Actualmente, su utilización en España es anecdótica ya que se trata de un sistema caro no financiado, de hecho, “se estima que no hay más de 10 personas utilizando este sistema combinado de bomba y sensor en España”, añade este especialista.
Conocer la utilización de estos dispositivos es sólo uno de los temas que se ha abordado durante el XXVI Curso de Actualización Teórico Práctica en Diabetes, organizado por la Fundación para la Diabetes y el Hospital Clínic i Universitari de Barcelona y que se ha celebrado recientemente en este centro. En palabras del Dr. Enric Esmatjes, jefe de la Unidad de Diabetes del Hospital Clínic de Barcelona y director del Curso, junto con el Dr. Conget, “se trata de un curso eminentemente práctico que se lleva a cabo desde hace 13 años y que permite transmitir la experiencia y forma de trabajar del Hospital Clínic a profesionales de otros centros de toda España”.
En lo relativo a los avances tecnológicos aplicados al tratamiento de la diabetes, el doctor Esmatjes ha señalado la evolución de la investigación hacia el diseño del páncreas artificial: “se están desarrollando algunos modelos con un diseño muy ingenioso que usa glucagón e insulina junto con un sensor que monitoriza continuamente los niveles de glucemia. Es totalmente diferente a lo que teníamos hasta ahora, y quizá en los próximos cinco años tendremos importante avances en este sentido”.
La clave: educación diabetológica
Aún con la existencia de infusores, sensores, etc., el Dr. Esmatjes advierte que “una buena educación diabetológica sigue siendo la clave para que el paciente consiga un buen control de la enfermedad”. Para ello, es muy importante que los profesionales sanitarios que tratan a personas con diabetes conozcan aspectos como realizar una clase de diabetes grupal, hacer una entrevista individual a una persona con diabetes,..., algo sobre lo que no existe mucha experiencia, según señala este experto.
“Un paciente bien educado, manejará y gestionará su enfermedad mucho mejor que aquel que no ha recibido una buena educación diabetológica”, explica. “El índice de complicaciones agudas y crónicas está claramente relacionado con la educación diabetológica”.
A este respecto, en opinión del Dr. Esmatjes, “aunque se ha mejorado, no todas las personas con diabetes en España tienen acceso a una buena educación diabetológica, de forma que es uno de los grandes capítulos pendientes en la actualidad”. Para lograrlo, este especialista aboga por regularizar y reglar la educación diabetológica con el propósito de que “sea uniforme, tenga unos mínimos, esté estructurada y la impartan profesionales capacitados”.
Por otro lado, el Dr. Conget recuerda que actualmente y debido a la sobrecarga en las consultas “muy pocos pacientes visitan al médico especialista las cuatro veces al año que recomiendan las guías clínicas”.