Cada uno de los oradores fue perfilando, en su intervención, los rasgos de un gran cirujano pero, sobre todo, los de un hombre de una gran calidad humana: próximo, simpático, respetuoso con todos, sencillo, honrado, servicial, siempre conciliador y asequible. Con gusto por la vida, el diálogo y la conversación, firmeza en sus ideas, respetado por todos, muy comprometido con la institución, los compañeros y los pacientes. Y también con los alumnos, a los que, como resaltó el Dr. Cardellach, trataba como a unos compañeros más. Todos los parlamentos coincidieron en describir al Dr. Benarroch como un gran narrador de casos clínicos y también como un extraordinario contador de chistes -se sabía centenares-, los cuales explicaba para hacer reír a todo el mundo cuando la situación en el día a día se complicaba.
En medio de un caluroso aplauso, la Dra. Escorsell, Presidenta de la Asociación Profesional del Comité de Delegados Médicos, hizo entrega a la viuda del Dr. Benarroch de la Insignia de Oro del Hospital Clínic, otorgada a su marido. Seguidamente, el Director General del centro, Dr. Campistol, anunció el bautizo del quirófano de urgencias con el nombre del Dr Benarroch en reconocimiento por su entrega, presencia diaria y compromiso con la institución.
La emoción de los presentes subió todavía unos grados más cuando tomó la palabra la viuda del Dr. Benarroch y, con voz quebrada, recordó los inicios de su relación con un jovencísimo Guerson de 15 años, que ya entonces quería ser cirujano del Hospital Clínic. Seguidamente, su hijo Alex leyó a todos los presentes un mensaje de su padre en donde se hacía evidente -una vez más- su amabilidad y su humanidad.
Después del pase de un vídeo con imágenes de diversos momentos del Dr. Benarroch compartidos con la familia, los amigos y los compañeros, el Cor del Clínic puso fin al acto cantando '"Imagine", de John Lennon, y "My way".