Este proyecto, en marcha desde hace más de un año y que está en plena expansión, se desarrolla en el Área Integral de Salud Barcelona Izquierda (AISBE), con la participación, hasta ahora de cuatro centros de atención primaria de Barcelona ciudad del ICS -La Marina, Montnegre, Numancia, y Doctor Carles Ribas-, de tres del Consorcio de Atención Primaria de Salud Barcelona Esquerra (CAPSBE) -Borrell, Casanova y Les Corts- y del Hospital Clínic. Además, está prevista la inclusión de dos nuevos centros, próximamente, como son los CAP Sants y Bordeta-Magòria.
El cáncer de mama es el tumor maligno más frecuente en mujeres con una tasa de supervivencia de más del 86% a los cinco años del diagnóstico. El objetivo de la iniciativa es mejorar la calidad de vida de estas mujeres. Para ello, el programa les ofrece una atención integral que engloba el control del cáncer, la reducción en las terapias a medio y largo plazo de los posibles efectos secundarios (fatiga, dolor en las articulaciones, riesgo cardiovascular, problemas óseos o cognitivos, entre otros), la actuación global en las enfermedades de las pacientes y la aplicación de medidas de prevención y promoción de la salud.
Hasta ahora, el tratamiento de estas pacientes se hacía siempre en el Hospital, donde recibían el alta entre cinco y quince años después del diagnóstico, y el control posterior estaba habitualmente en manos de los servicios de atención a la salud sexual y reproductiva (ASSIR) -que todavía colaboran en esta tarea y desarrollan un rol de apoyo y consultoría-, mientras que los profesionales de medicina y enfermería de familia no interferían en la enfermedad y atendían el resto de patologías, sin tratar con visión de conjunto las necesidades sanitarias, funcionales, psicológicas y sociales que genera.
Colaboración de los diversos niveles en el proceso asistencial
El proceso se inicia con la detección de participantes en el Programa de atención compartida en cáncer de mama, que pertenezcan al AISBE, que hayan recibido el tratamiento oncológico en el Hospital Clínic y que se consideren libres de la enfermedad, pero que estén en fase de control. Después se contacta con la paciente desde la atención primaria y se establece un calendario de visitas alternativo entre el CAP y el Hospital, en función del riesgo de reaparición del tumor maligno y de los años de control indicados. Los dos niveles comparten un protocolo de seguimiento y una plataforma para registrar visitas y actuaciones.
"De este modo, las pacientes pueden beneficiarse del control especializado del Hospital en el cáncer de mama, y de la experiencia de la atención primaria en el abordaje global de todas sus enfermedades, además de la prevención y de la promoción de la salud", explica Montserrat Muñoz, oncóloga especialista en cáncer de mama del Hospital Clínio.
Los equipos de atención primaria que participan en el programa han recibido formación específica en cáncer de mamá, que se actualiza periódicamente, y tienen asignado un médico y una enfermera referentes para hacer un seguimiento cuidadoso de las pacientes y apoyar al resto de profesionales del centro.
Una de las pacientes de este programa, Luisa Prusia, tiene claros los beneficios de la iniciativa porque, hasta ahora, las personas que recibían el alta hospitalaria "estábamos muy perdidas. Íbamos al CAP a hacer consultas y el médico de familia no te sabía ayudar y, si te enviaban al especialista, tenías que esperar meses", recuerda.
Esta usuaria del CAP Numancia, intervenida de cáncer de mama hace ocho años, explica que, con este programa, a las consultas de atención primaria "planteamos dudas como efectos secundarios, dolores, inflamaciones o sangrados. Quizás no son temas vitales, pero me preocupan", y considera que la implantación del proyecto "ha sido un avance, porque el médico de familia está coordinado con el Hospital y te da respuestas, es más accesible que un especialista, te conoce y, además, no colapsamos las visitas hospitalaria", añade.
"Plantear la atención compartida de las mujeres con cáncer de mama libres de enfermedad permite ofrecer una atención integral real, aportando el conocimiento de los especialistas hospitalarios y de atención primaria, con todas las ventajas que ello supone. Hasta ahora, la aceptación por parte de todos los implicados, profesionales y pacientes, es muy buena", concluye Montserrat Muñoz.