Este estudio se enmarca dentro del proyecto que Médicos sin Fronteras (MSF) tenía en Kenia desde julio del 2003 (en la provincia occidental), concretamente en el hospital del distrito de Busia -muy cerca de la frontera con Uganda-, con un área de referencia de 430.000 habitantes y con una prevalencia de la infección por el VIH del 6%. MSF identificaba a la población infectada por el VIH, hacía el seguimiento de la misma y suministraba el tratamiento antiretroviral a aquellas personas que cumplían criterios de acuerdo con las directrices de la OMS para los países del África subsahariana. Hasta diciembre del 2008 (fecha de inicio del estudio) se había empezado el tratamiento antiretroviral (TARGA) a 3.500 personas infectadas por el VIH.
El estudio tenía como objetivo identificar el porcentaje de personas bajo tratamiento antiretroviral que presentaban fracaso terapéutico (ineficacia de la medicación administrada) y confirmar -mediante estudios de biología molecular- qué mutaciones de resistencia se producían y a qué tipología de fármacos presentaban resistencia estas personas. El estudio fue dirigido por el grupo de investigación en VIH/Sida del Hospital Universitari MútuaTerrassa y de la Fundació Docència i Recerca MutuaTerrassa (Dres. Dalmau, Ibañez y Jaén), en colaboración con investigadores del equipo de Enfermedades Infecciosas y Sida del IDIBAPS - Hospital Clínic de Barcelona (Dra. Mireia Arnedo y Dr. Josep Maria Gatell) y llevada a cabo con médicos, enfermeros/as y logistas de Médicos sin Fronteras de España y Kenia (Dra. Alonso, Eisenberg, Ferreyra, Flevaud, Khamadi, Roddy y Palma), contando también con la infraestructura y apoyo técnico de esta organización.
El estudio concluye que son infundados los temores acerca de que el tratamiento generalizado del TARGA a personas infectadas por el VIH de países pobres comportaría una masiva aparición de mutaciones de resistencia a los fármacos antiretrovirales. Además, y a pesar de los esfuerzos implementados por parte de los organismos Internacionales (OMS, ONUSIDA, CDC, UNICEF,…) para conseguir un incremento progresivo de tratamientos antiretrovirales entre las personas infectadas por el VIH en el África subsahariana (actualmente son ya más de 6 millones de personas), la monitorización y control del TARGA en estos países sigue siendo muy precaria. En consecuencia facilita la aparición de resistencias y la ineficacia del tratamiento antiretroviral. Todo esto dificulta de forma indefectible las ya de por si pocas alternativas terapéuticas que se disponen en estos países y con un coste sanitario y de salud pública muy elevado.
Información vía: MutuaTerrassa