La inclusión de la pionera técnica DMEK en la cirugía endotelial y el aumento del número de oftalmólogos (el ICOF cuenta ahora con cuatro cirujanos de polo anterior: Dr. Torras, Dr. Peraza, Dr. Quintana y Dr. Díaz, además de la Dra. Sabater y el Dr. Spencer) son los factores clave que ayudan a entender este ascenso.
La principal diferencia entre el trasplante penetrante y el lamelar es que mientras en el primero se trasplanta la cornea completa (queratoplastia penetrante), en el segundo se hace un trasplante selectivo de la zona afectada. La penetrante, por tanto, se aplica en pacientes con un daño en todo el espesor corneal o que han sido trasplantados anteriormente y han sufrido rechazo, un hecho que se da con bastante frecuencia en los pacientes.
Cuando el problema afecta únicamente a una parte de la córnea se practica un trasplante lamelar. La mayoría de estos son endoteliales y se realizan cuando está afectada la capa más fina e interna de la córnea. El otro 15% se refiere a aquellas que se llevan a cabo en la lamela anterior (DALK) y en la lamela tectónica (QLT).
Dentro de los endoteliales se distinguen dos tipos: DSAEK y DMEK. La DSAEK, que representa el 27% de los trasplantes de córnea en el ICOF, es una técnica empleada desde hace años donde se trasplanta una parte de la cornea (lamela posterior). Se talla un injerto que, además de contener las células que están fallando en el receptor, incluye una fina capa de estroma (capa intermedia de la córnea) que permite la manipulación más fácil de la misma. En la DMEK, en cambio, únicamente se trasplanta la capa de células endoteliales que están fallando en el receptor. Es una técnica más selectiva que se ha aplicado durante el último año con unos resultados óptimos y que representa ya el 31% de los trasplantes de córnea del ICOF.
En cuanto a los resultados existen varias diferencias. “En la DMEK se obtiene una mejor agudeza visual ya que le trasplantas al receptor exactamente la parte que le está fallando. En contrapartida, la cirugía es técnicamente más compleja ya que manipular una lamela más fina es mucho más complejo que una más gruesa. Además, extraer solo las células del donante es más difícil que extraer la lamela posterior entera”, explica el Dr. Jorge Peraza.
El banco de sangre y tejidos (BST) facilita el proceso ya que manda el injerto de DMEK predisecado. “El cirujano solo tiene que tirar de la lámina e implantarla, con lo que se ahorra tiempo de quirófano, se reducen costes y el riesgo de pérdida de tejido donante. Por último, al trasplantar menos tejido, las posibilidades de rechazo en la DMEK son menores", concluye el Dr. Peraza.