Estos dispositivos consisten en una malla externa de nitinol, que se adapta a la anastomosis de una fístula arteriovenosa creada como acceso para las sesiones de hemodiálisis. El objetivo se conferir una angulación y dilatación ideal de la vena y la anastomosis, reduciendo el flujo turbulento y la tensión de la pared venosa. De hecho, estudios iniciales ya han demostrado su seguridad y eficacia, con una reducción significativa en la hiperplasia intimal y mejoría de la permeabilidad y maduración de la fístula, pero todavía hacen falta más estudios para confirmar su utilidad a largo plazo.
El acceso arteriovenoso para hemodiálisis es lo que ha demostrado mejores permeabilidades, menos complicaciones y mayor supervivencia en pacientes que siguen programas crónicos de hemodiálisis, por lo que mejorar la permeabilidad y maduración es de vital importancia para estos pacientes.