Una de las misiones que tendrá este comité será decidir si la ausencia de enfermedad residual mesurable después del tratamiento, lo que se conoce como “enfermedad residual negativa”, puede considerarse como un parámetro suficientemente válido para esta finalidad. Esto reduciría de forma muy significativa el tiempo que se tarda en evaluar la eficacia de nuevos tratamientos y haría posible que los enfermos se puedieran beneficiar de nuevas terapias de forma mucho más rápida.