Durante su estancia en Australia, el Dr. Rentero contribuyó significativamente en un estudio que fue publicado en la revista Cell el pasado mes de febrero. En este trabajo por primera vez se demuestra que los túbulos que se forman en la membrana plasmática por la toxina de la bacteria que provoca la disentería (toxina Shiga de Shigella dysenteriae) pueden formar vesículas a partir de una escisión física, independiente de la actividad enzimática y sin consumo de energía. El estudio es la continuación de un artículo publicado por los mismos autores en la revista Nature el año 2007, donde se demostraba que esta toxina inducía la formación de estos túbulos sin la ayuda de proteínas intracelulares. Estos túbulos podrían entenderse como el inicio de la formación de una vesícula donde únicamente el colesterol y el citoesqueleto de actina están implicados en su gemación de la membrana plasmática.
Para este estudio se ha utilizado la microscopía con láser de dos fotones y tinción con Laurdan, técnica que también está puesta a punto en los Servicios Científico-Técnicos de la UB-IDIBAPS (Campus Casanova). Esta metodología permite observar cambios en la fluidez de la membrana celular, que pueden estar relacionados con procesos de señalización o internalización que se dan en la membrana plasmática.