Existe cierta controversia acerca de los efectos beneficiosos de emplear la IL-22 como promotor de la regeneración del hígado. Sus detractores apuntan que la proliferación de células progenitoras aumentaría el riesgo de padecer un cáncer de hígado. El Dr. Bin Gao, por su parte, reconoció que el riesgo existe si se plantea un tratamiento crónico. Apuntó, sin embargo, que algunas enfermedades como la hepatitis alcohólica podrían beneficiarse de un tratamiento puntual que estimulara la regeneración.