La Esclerosis Múltiple (EM) es una enfermedad que tiene una evolución impredecible, por lo que los pacientes deben de ser seguidos en consultas para ofrecer la mejor alternativa de tratamiento. Encontrar marcadores por la imagen para predecir su evolución mejoraría el manejo de los pacientes. La mayor parte de las personas con EM tienen en la retina signos de inflamación y neurodegeneración. La tomografía de coherencia óptica (OCT) es una técnica láser de análisis por la imagen muy reproducible y con una resolución muy alta que permite ver cosas 1.000 veces más pequeñas que 1 milímetro y determinar la integridad de la retina.
En el estudio publicado en The Lancet Neurology, los investigadores han incluido a 879 pacientes con EM de centros de todo el mundo para valorar si la OCT es una técnica útil para seguir el curso de la enfermedad. Mediante esta técnica han medido el grosor de la retina en los pacientes a lo largo del tiempo, con un seguimiento de entre medio año y 5 años. Han establecido que por debajo de un determinado grosor de retina, 88 micras, los pacientes tienen una peor evolución de su enfermedad. Así, aquellos pacientes con un grosor de la retina inferior a esta cifra tienen el doble de riesgo de empeorar entre el año y los 3 años, riesgo que se cuadruplica entre los 3 y 5 años. La OCT sirve para monitorizar la progresión de la enfermedad y, dado que es una técnica menos costosa y más sencilla que otras que se utilizan de forma habitual, como la resonancia magnética, puede ser útil para hacer un seguimiento de rutina de los pacientes. “No es que sustituya a la resonancia magnética, pero nos permite realizar la prueba cuando el paciente viene a consulta cada 6 meses para hacer su visita de control”, explica la Dra. Elena H. Martínez-Lapiscina.
“Gracias a la gran resolución de la técnica podemos medir cambios minúsculos que con otras técnicas son imposibles de ver. La idea es poder incorporar esta técnica, que se utiliza de rutina en oftalmología, a la práctica asistencial en neurología. Se podría aplicar, además, a enfermedades como el Alzheimer, el Parkinson o el traumatismo cerebral”, explica el Dr. Pablo Villoslada. Además, “nuestro grupo está trabajando en el desarrollo de nuevas tecnologías para monitorizar la retina y monitorizar enfermedades neurológicas basadas en la electrofisiología o la imagen molecular láser, que permitiría observar los cambios a lo largo de la enfermedad de una forma precoz”, concluye. Para ello se colabora con grupos del Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO) y con el Instituto de Investigación en Energía de Cataluña (IREC).
Referencia del artículo:
Martinez-Lapiscina EH, Arnow S, Wilson JA, Saidha S, Preiningerova JL, Oberwahrenbrock T, Brandt AU, Pablo LE, Guerrieri S, Gonzalez I, Outteryck O, Mueller AK, Albrecht P, Chan W, Lukas S, Balk LJ, Fraser C, Frederiksen JL, Resto J, Frohman T, Cordano C, Zubizarreta I, Andorra M, Sanchez-Dalmau B, Saiz A, Bermel R, Klistorner A, Petzold A, Schippling S, Costello F, Aktas O, Vermersch P, Oreja-Guevara C, Comi G, Leocani L, Garcia-Martin E, Paul F, Havrdova E, Frohman E, Balcer LJ, Green AJ, Calabresi PA, Villoslada P; IMSVISUAL consortium.
Lancet Neurol. 2016 Mar 18. pii: S1474-4422(16)00068-5. doi: 10.1016/S1474-4422(16)00068-5.