La intervención la ha realizado un equipo encabezado por el Dr. Eduard Quintana, cirujano cardiovascular del Instituto Clínic Cardiovascular (ICCV), en el marco del proyecto ARISE, un proyecto europeo de Horizon 2020 que evalúa los resultados de esta nueva válvula en 6 de los principales centros de cirugía cardiaca de Europa. En la intervención han participado el Dr. Clemente Barriuso, también cirujano cardiovascular, y la Dra. María José Arguís, del Servicio de Anestesiología. El primer recambio de válvula de estas características en Europa lo ha realizado la Hannover Medical School, institución que coordina el proyecto ARISE.
En Europa se realizan cada año más de 65.000 recambios de válvula aórtica (RVA) para tratar la enfermedad valvular aórtica adquirida y congénita y las opciones son muy limitadas para algunos pacientes. Las prótesis disponibles en la actualidad pueden ser biológicas (de origen animal), que son las que más se utilizan pero que presentan una durabilidad limitada; mecánicas, que requieren medicación anticoagulante de por vida; o humanas, que, como hasta ahora se deben guardar criopreservadas, con el paso del tiempo se vuelven más rígidas debido a la calcificación de la pared vascular. La elección del sustituto valvular en la actualidad todavía depende de la edad del paciente, la posibilidad-necesidad de tomar anticoagulantes orales y la expectativa de vida, entre otros.
Las válvulas humanas sin células (descelularizadas), o homoinjertos no criopreservados, tienen el objetivo de superar muchos de estos obstáculos. Se trata de válvulas que provienen del corazón de un donante a las que se les elimina por completo las células y queda sólo la estructura de la matriz de colágeno. De esta manera se minimiza la respuesta inmune a la válvula biológica implantada. "Además, los pacientes no necesitan anticoagulantes de forma permanente y los injertos tienen un orificio que permite la circulación de forma más efectiva, al contrario de lo que ocurre con las otras prótesis comerciales. Se espera que su durabilidad supere a las bioprótesis y los homoinjerts clásicos”, explica el Dr. José Luis Pomar, Coordinador del estudio ARISE en Barcelona.
En la intervención realizada en el Clínic, el paciente tenía una estenosis aórtica grave (disminución del orificio de la aorta) con insuficiencia cardíaca y una dilatación de la raíz de la aorta. La intervención permitió corregir el defecto de la válvula y, a la vez, sustituir la raíz de la aorta con el mismo homoinjerto. El paciente esperó más de un mes el procesamiento valvular especial para la eliminación de las células una vez se dispuso de un donante apropiado. "Aunque la técnica de implante es más compleja que una sustitución valvular aórtica convencional, el postoperatorio transcurrió sin incidencias y el paciente fue dado de alta a los 6 días del ingreso", explica el Dr. Eduard Quintana. "Ahora se encuentra en muy buena condición, el homoinjerto funciona perfectamente y se han resuelto los síntomas de insuficiencia cardíaca", añade.
Esta iniciativa la coordina la Hannover Medical School y el Hospital Clínic es el único hospital español que participa. El Dr. José Luis Pomar, cirujano cardíaco del mismo instituto, y la Dra. Marta Sitges, directora del ICCV, son los coordinadores del proyecto en el Hospital Clínic e IDIBAPS. En este proyecto de medicina regenerativa también colaboran el Dr. Manel Castellà y el Dr. Daniel Pereda, cirujanos cardiacos del Hospital Clínic de Barcelona, y la Dra. Elba Agustín, la Dra. Anna Vilarrodona y el Dr. Esteban Trias, investigadores del Banc de Sang i Teixits.