El paciente al que se le ha implantado el dispositivo es un hombre de 60 años que en el año 2013 sufrió un infarto extenso en el ventrículo izquierdo que desembocó en una insuficiencia cardíaca avanzada, por lo que la musculatura del corazón no era capaz de bombear la sangre al no poder contraerse con normalidad. En su caso las opciones terapéuticas convencionales no funcionaron y se planteó el trasplante de corazón. Tras hacerse las pruebas pertinentes se tuvo que descartar también esta opción y se optó por la implantación de un DAV de larga duración que se le puso el pasado más de noviembre. "El dispositivo consiste en una turbina que aspira la sangre del ventrículo izquierdo para inyectarla en la aorta y que va conectada a través de un cable en unas baterías externas", explica el Dr. Pérez-Villa, cardiólogo del paciente intervenido.
Con esta innovadora tecnología, el paciente ha podido volver a hacer una vida casi normal y con pocas restricciones. "De hecho, de no poder caminar ni 100 metros sin ahogarse, ha pasado a poder recorrer, en la primera salida que pudo hacer desde el hospital, una distancia de 6 kilómetros", señala el Dr. Pérez-Villa. Ante su favorable evolución, fue dado de alta la semana pasada.
La terapia de destino, de reciente introducción en Europa y en los EUA, se ha convertido en una alternativa habitual, segura y eficaz a los trasplantes de corazón debido a la baja disponibilidad de estos órganos. Además de no tener que esperar, en ocasiones, más de un año para tener un corazón nuevo, estos dispositivos tienen la ventaja respecto al trasplante de no requerir medicación inmunosupresora y de que, en caso de que el aparato no funcione correctamente, es posible encontrar otro alternativo y cambiarlo.