La cirrosis hepática, independientemente de su origen - infección por hepatitis B o C, enfermedad del hígado graso no alcohólico o consumo de alcohol-, constituye una de las principales causas de muerte en Europa. Es responsable de cerca de 170.000 muertes cada año y se estima que, en el mismo período de tiempo, provoca un millón de hospitalizaciones. Sólo un 3% de los pacientes son candidatos a recibir un trasplante hepático, debido al bajo número de órganos disponibles, y en la mayoría de los casos la enfermedad progresa.
No existe un tratamiento eficaz para frenar la progresión de la cirrosis, aunque en los últimos años se han llevado a cabo diferentes estudios que indican que determinados antibióticos y las estatinas tienen efectos beneficiosos en la enfermedad. Los antibióticos, en especial la rifaximina, modulan el microbioma intestinal y reducen el paso de bacterias y productos bacterianos a la circulación sistémica, un mecanismo importante de progresión de la cirrosis. Por otra parte, las estatinas mejoran la circulación dentro del hígado, reducen la fibrogénesis y la inflamación, tanto intrahepática como sistémica, y disminuyen la hipertensión portal. Sin embargo, todavía no se ha hecho una validación clínica de los efectos beneficiosos del tratamiento combinado.
Con el proyecto LIVERHOPE se quiere resolver este problema y los investigadores llevarán a cabo dos ensayos clínicos para probar la seguridad y eficacia del tratamiento combinado con rifaximina y simvastatina. En el primero, se utilizarán dos dosis de simvastatina frente placebo para determinar tanto la seguridad como la tolerabilidad del fármaco. En el segundo, se evaluará el efecto del tratamiento en la prevención de la progresión de la enfermedad en pacientes con cirrosis descompensada. "La nueva terapia que proponemos es innovadora ya que está dirigida contra varios de los factores responsables de la progresión de esta patología", señala el Dr. Pere Ginès, que también es Catedrático de Medicina de la Universidad de Barcelona. "Esperamos que este tratamiento pueda reducir el número de hospitalizaciones debidas a complicaciones de la enfermedad en un 30%", añade.
Por otra parte, se analizarán las muestras de plasma y orina de los pacientes tomadas en diferentes momentos del estudio para identificar biomarcadores de progresión de la cirrosis, dado que en la actualidad no hay. "El objetivo es desarrollar un kit que sirva para el estadiaje y manejo clínico de los pacientes con cirrosis, que permita seleccionar a los candidatos a un trasplante de hígado de forma cuidadosa y hacer el seguimiento", explica el Dr. Ginès.