La sepsis es un territorio en el que todavía hay campo por recorrer, sobre todo en cuanto al beneficio que pueden aportar nuevas estrategias complementarias a la terapia antibiótica convencional. Así lo ha constatado un estudio liderado por investigadores del Grupo de Inmunoreceptores del IDIBAPS, al cual pertenecen el Dr. Mario Martínez-Florensa, primer autor del trabajo, y el Dr. Francisco Lozano, jefe del grupo y Consultor Senior del Servicio de Inmunología del Hospital Clínic. Su investigación, llevada a cabo, por el momento, en ratones, ha demostrado que el antibiótico Imipenem aumenta su eficacia si se combina con la administración intravenosa de la proteína CD6, una molécula de los linfocitos T del sistema inmunitario.
La sepsis es una respuesta sistémica causada por una infección que lleva a un estado inflamatorio sostenido en el tiempo. De no resolverse, puede provocar una disfunción multiorgánica y, en ocasiones, la muerte. La mortalidad que conlleva es de un 35%, y en los casos de shock séptico, cuando la respuesta sistémica se acompaña de anomalías circulatorias, celulares y metabólicas, aumenta a un 60%.
Los antibióticos son una parte indispensable para su tratamiento, pero son insuficientes para reducir la mortalidad asociada a la disfunción multiorgánica que provoca este síndrome. Si a ello le sumamos el aumento de bacterias resistentes a los medicamentos, la búsqueda de nuevas estrategias complementarias a los antibióticos se impone a los investigadores a fin de encontrar nuevos caminos para el tratamiento de la sepsis. "Los antibióticos siempre serán incompletos", recuerda el Dr. Martínez-Florensa "sobre todo", añade el Dr. Lozano, "porque no previenen la reacción inflamatoria que provoca la bacteria al descomponerse".
Ha sido en la búsqueda de nuevas alternativas terapéuticas que el Grupo de Inmunorreceptores del IDIBAPS llegó hasta la molécula CD6. "Llevábamos trabajando mucho tiempo en este receptor porque interviene en la activación de los linfocitos, las células encargadas de la respuesta inmunitaria", dice el Dr. Lozano. "La siguiente pregunta", añade, "fue si esto podría servir para complementar los antibióticos".
Una molécula inocua
Los investigadores han visto que el CD6 actúa pegándose a los productos inflamatorios que generan las bacterias. En consecuencia, disminuye la inflamación y la mortalidad decrece de manera significativa. Esto es lo que han podido comprobar al inducir la sepsis en ratones y administrarles la molécula en forma soluble juntamente con antibióticos.
Las otras opciones para controlar la inflamación que conllevan las infecciones no parecen ser tan eficaces como la proteína CD6. "Es una molécula propia que se encuentra en los linfocitos T de nuestro organismo, y por lo tanto es inocua. Estamos en la era de la inmunoterapia", subraya el Dr. Lozano. "Los corticoides, utilizados para controlar la inflamación, provocan una inmunodepresión que la molécula CD6 no suscita", añade.
Además, este receptor puede actuar sobre una amplia gama de bacterias: "El CD6", comenta el Dr. Martínez Florensa, "no crea resistencias porque sus componentes estructurales están repartidos por todas las bacterias".
Ahora, el reto del equipo que lidera el Dr. Lozano es dar con un sistema sostenible que permita sintetizar la proteína, ya que producir una molécula humana a escala industrial es muy costoso. Sin embargo, por el momento se ha iniciado la solicitud de patente europea para cubrir esta nueva terapia combinatoria en sepsis de origen bacteriana.