Para entender los mecanismos que contribuyen a nuestras facultades de memoria a nivel neuronal, los investigadores trabajaron con ratones entrenados para resolver una tarea de memoria espacial en un laberinto y registraron los patrones de descarga de las neuronas del hipocampo. Estas neuronas se llaman “células de lugar” porque se activan solamente en una ubicación específica del laberinto. Hasta ahora se sabía que estas células permiten identificar un lugar concreto y orientarnos en el espacio, pero no se conocía cómo contribuyen al funcionamiento de la memoria. Este estudio comparó los patrones de activación neuronal obtenidos antes y después de la administración de un cannabinoide sintético.
Los resultados del experimento confirmaron que, tras la inyección de la droga, los ratones presentaban más dificultades en la tarea de memoria espacial. En concreto, bajo los efectos del cannabis, los ratones, que debían recordar el camino correcto dentro del laberinto, acertaron solamente en el 53% de los casos, es decir, por azar. En estado normal fueron capaces de llevar a cabo la misma tarea con éxito en el 88% de los intentos.
Al analizar los datos registrados, los científicos encontraron que las neuronas del hipocampo mantenían actividades similares antes y después de la administración de la droga. Sin embargo, bajo los efectos del cannabinoide, la coordinación temporal de la activación de las neuronas aparecía alterada. “Es como si hubiera una multitud de personas aplaudiendo juntas, pero sin ninguna coordinación entre ellas”, explica el investigador David Robbe.
En conjunto, el estudio concluyó que, bajo la influencia de la droga, los ratones tienen dificultades para realizar tareas que requieren el uso de la memoria espacial porque la actividad de las neuronas del hipocampo no está sincronizada. Esto apunta hacia la hipótesis de que una coordinación precisa en los tiempos de activación de las neuronas del hipocampo es esencial para el rendimiento normal de la memoria.