Los resultados de esta investigación destacan la necesidad de continuar buscando opciones terapéuticas que ayuden a conseguir, después de un infarto, un flujo sanguíneo completo hacia el miocardio, el músculo cardíaco encargado de impulsar la sangre por el cuerpo mediante su contracción. Estos resultados se reflejan en el artículo "Impacto de la obstrucción microvascular persistente después de un infarto agudo de miocardio con elevación del segmento ST en la remodelación ventricular izquierda adversa: un estudio de resonancia magnética cardiovascular", recientemente publicado en JACC Cardiovascular Imaging.
Uno de los investigadores de este estudio es el Dr. José Tomás Ortiz, del Servicio de Cardiología del Clínico e investigador del grupo Imagen Cardiaca del IDIBAPS. Otros de los investigadores principales de este estudio fueron los doctores Vicente Bodí, coordinador del Grupo de Investigación Traslacional en Cardiopatía Isquémica de INCLIVA y miembro de CIBERCV, ninguno de la Sección del Servicio de Cardiología del Hospital Clínico de València y catedrático del Departamento de Medicina de la Universitat de València (UV); César Ríos, del mismo grupo de investigación de INCLIVA; y José Gavara, del Centro de Biomateriales e ingeniería Tisular de la Universitat Politècnica de València (UPV).
En el estudio multicéntrico participaron 471 pacientes diagnosticados con infarto agudo de miocardio, pertenecientes en el Hospital Clínico de València, Hospital Clínico de Barcelona y el Hospital Vall de Hebrón de Barcelona, como resultado de un registro colaborativo entre los tres hospitales durante más de 5 años.
A todos los participantes se los realizaron dos pruebas de resonancia magnética cardíaca para evaluar la estructura y función del miocardio durante las semanas posteriores al acontecimiento cardiovascular. Posteriormente, en un laboratorio central se analizaron los estudios de imagen para realizar una cuantificación homogénea de los principales índices de enfermedad cardíaca. Finalmente, se recopilaron de manera sistemática los principales índices clínicos y de imagen cardíaca de estos pacientes.
La cardiopatía isquémica se produce cuando se obstruye una arteria del coro. Si es de manera lenta, se habla de angina de pecho, en cambio, cuando la falta de oxígeno es más grave o prolongada, algunas células del coro pueden llegar a morir; es el que se conoce con el término necrosis o infarto de miocardio.
Aunque se han conseguido grandes adelantos en los últimos años gracias al desarrollo de técnicas para abrir la arteria obstruida, aproximadamente la mitad de los pacientes presentan áreas del miocardio con disminución del flujo sanguíneo en los días siguientes al infarto, persistiendo en un 5% de ellos a largo plazo.
Este proyecto ha recibido financiación del Instituto de Salud Carlos III, los fondos de desarrollo regional (FEDER) y la Generalitat Valenciana en el marco del programa PROMETEO para grupos de investigación de excelencia de la Comunidad Valenciana.
El 5% de los pacientes con infarto agudo de miocardio presentan regiones dañadas por el infarto
El estudio, liderado por el Instituto de Investigación Sanitaria INCLIVA del Hospital Clínico de València y el Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Cardiovasculares (CIBERCV), en colaboración con el Hospital Clínico de Barcelona y el Hospital Vall de Hebrón, revela que el 5% de los pacientes con infarto agudo de miocardio presentan regiones dañadas por el infarto con un deficiente suministro sanguíneo en los meses siguientes al acontecimiento. Estos pacientes tienen una mayor predisposición a desarrollar cambios hacia una peor estructura cardíaca y, por lo tanto, una reducción en la función cardíaca.