¿Cuáles son las principales aplicaciones de los marcadores tumorales en cáncer?
La principal aplicación de los marcadores tumorales o biomarcadores es el control evolutivo y valoración de la terapia. Pero también tienen un gran valor para ayudar al diagnóstico precoz de algunas patologías, el diagnóstico histológico y la detección precoz de recidiva.
¿Qué aspectos destacaría de la presente edición del curso? ¿Qué novedades hay respecto de la edición anterior?
El curso pretende mostrar dos aspectos importantes: primero, las novedades que se han producido en esta área de conocimiento y, segundo, mostrar procedimientos de trabajo que incrementan notablemente su valor clínico. Aplicarlo en nuevas situaciones, detectar falsos positivos, nuevas indicaciones o hacerlo de forma más eficaz.
¿Qué papel juegan o pueden jugar los marcadores tumorales en el diagnóstico precoz, el pronóstico y el diagnóstico de recaída?
El valor de los marcadores en el diagnóstico precoz de algunos tumores es esencial, así como en el diagnóstico precoz del cáncer medular de tiroides, o en el carcinoma hepatocelular. La aplicación en otros tumores, como el cáncer de próstata, es más controvertida aunque cada vez hay más estudios que demuestran que su uso aumenta la supervivencia. Ahora se están iniciando nuevas investigaciones, tanto en grupos de riesgo como en la población en general, para incorporar los biomarcadores en el diagnóstico temprano del cáncer de pulmón o el de ovario.
El valor en el pronóstico y en el diagnóstico precoz de recidiva se ha demostrado en muchos tumores epiteliales: el cáncer de colon, primitivo de hígado, testículo, mama, etc.
Durante la cita se anuncia que se distribuirán las guías clínicas sugeridas por el European Group on Tumor Markers. ¿En qué consisten estas guías? ¿Qué novedades introducen?
La medicina basada en la evidencia es cada vez más importante, así como buscar referencias que nos orienten y permitan mejorar nuestro trabajo. El Group on Tumor Markers, del cual soy el presidente, es pionero en publicar guías clínicas para el uso de los biomarcadores. El curso no muestra solo estas guías, sino también las dela Sociedad Española de Medicina de Laboratorio (SEQC) o las del grupo norteamericano International Federation of Clinical Chemistry and Laboratory Medicine (IFCC).
La cita también se centra en mostrar los mecanismos para una gestión correcta de los resultados de los marcadores tumorales. ¿Qué requiere esa gestión correcta?
El curso pretende sacar el máximo rendimiento de los marcadores y esto, en un momento de crisis económica, incluye obtener la máxima eficiencia. El máximo rendimiento consiste en trabajar estrechamente con los clínicos, decidir que pruebas tienen un claro valor, cuales no aportan información y, por lo tanto, pueden ser eliminadas (laboratorio o imagen). Se resume en colaborar en el diagnóstico y seguimiento de la manera más eficiente posible. El curso muestra ejemplos realizados en nuestro Hospital que permiten un importante ahorro obtenido con el uso correcto de los biomarcadores.
¿En qué tumores se emplean en mayor medida en la actualidad y en cuáles son más destacados los resultados obtenidos? ¿Podría indicarnos 2 o 3 resultados que considere más significativos?
La actualidad la marcan los nuevos marcadores y nuevas aplicaciones de los mismos. En el primer apartado destacaría el HE4, marcador de gran interés en el cáncer de ovario que permite mejorar la sensibilidad diagnostica (con mayor especificidad que el CA 125) en el diagnóstico de masas abdominales o en pacientes con sospecha de dicha neoplasia.
Nuevas aplicaciones hay muchas, pero yo destacaría dos en neoplasias pulmonares. La primera seria el uso de los biomarcadores como ayuda diagnostica en el cáncer de pulmón, estudio publicado en una de las revistas más prestigiosas. Estos marcadores no sustituyen a las técnicas de imagen pero las complementan mejorando tanto la eficacia diagnóstica como la eficiencia. Los datos actuales incluso sugieren su posible uso en el diagnóstico precoz, iniciando estudios que permitirán comprobar su utilidad real para este aspecto. El segundo apartado es la inclusión de técnicas de detección plasmática de alteraciones genéticas, importantes en el tratamiento de esta neoplasia, como el EGFR plasmático. Esta línea de investigación, inicial pero prometedora, puede cambiar notablemente los patrones de seguimiento de los tumores.
¿Está lo suficientemente implantado en los servicios de Oncología de este país la determinación de los biomarcadores tumorales?
En mi opinión no. Los marcadores pueden aportar mucho más. Siempre se habla de la oncología, pero las principales aplicaciones de los marcadores como ayuda diagnostica se realizan en otras especialidades medicas como Ginecología, Medicina Interna, Urología, Dermatología, etc. Es en estos departamentos donde se debe hacer un diagnóstico diferencial del cáncer. Una vez que realizado pueden contactar con el servicio de oncología para que, de acuerdo con los procedimientos de sus comités de tumores, se aplique los tratamientos que se consideren adecuados.
¿Hacia dónde se dirige el futuro y la investigación en este campo?
Destacaría 3 líneas básicas:
- La búsqueda de nuevos marcadores, proteicos genómicos o perfiles de los mismos que permitan mejorar el diagnóstico o el pronóstico de la enfermedad.
- Búsqueda de parámetros predictivos de respuesta que permitan sugerir cual es el tratamiento idóneo. Controlar su eficacia, detectar cuando deja de ser útil y sugerir nuevas aproximaciones, un ejemplo es el EGFR en plasma.
- El uso combinado de biomarcadores junto a técnicas de imagen que permiten realizar un diagnóstico más eficaz, y, si es posible, más temprano.
Un aspecto básico de este curso es potenciar la participación de los facultativos del laboratorio en la toma de decisiones, implicándonos en el tratamiento y cuidado del enfermo oncológico o con sospecha de cáncer. Es necesario potenciar el valor del personal de laboratorio como consultor y experto en las pruebas de laboratorio, no en un mero transmisor de datos sin interpretación. Esto incrementaría el sentimiento de profesionalidad de una de las especialidades más importantes en un Hospital. En resumen, hay que intentar potenciar el orgullo del trabajo bien hecho.