En Europa se realizan cada año más de 65.000 recambios de válvula aórtica (RVA) para tratar la enfermedad valvular aórtica adquirida y congénita. Las actuales opciones de RVA son muy limitadas para pacientes jóvenes -especialmente mujeres en edad fértil - y para aquellos pacientes que rechazan la anticoagulación médica de por vida, con los posibles riesgos que ello conlleva.
Ninguna de las prótesis disponibles en la actualidad para RVA se adapta a cada uno de los pacientes o permite la regeneración en el individuo. Las válvulas humanas sin células (descelularizadas), o homoinjertos, tienen el objetivo de superar este obstáculo. Se trata de válvulas que provienen del corazón de un donante a las que se les eliminan por completo las células y queda sólo la estructura de la matriz de colágeno. Estudio previos han demostrado que, sobre todo en los niños, las válvulas parecen crecer, algo innovador y que hasta ahora no era posible.
El proyecto ARISE tiene el objetivo de determinar la viabilidad, seguridad y eficacia de las válvulas humanas descelularizadas para el recambio de una válvula aórtica dañada. Esta iniciativa de investigación está integrada por una red de seis centros europeos líderes en cirugía cardio-torácica y con experiencia probada en investigación clínica. Participarán 120 pacientes, el primero de los cuales ya ha sido intervenido en la Hanover Medical School.
En este proyecto de medicina regenerativa también colaboran el Dr. Manel Castellà, el Dr. Eduard Quintana y el Dr. Daniel Pereda, cirujanos cardiacos del Hospital Clínic de Barcelona, y la Dra. Elba Agustí, la Dra. Anna Vilarrodona y el Dr. Esteve Trias, investigadores del Banco de Sangre y Tejidos.