Al paciente, un hombre de 79 años, se le diagnosticó en otro centro un aneurisma de aorta abdominal de 52 mm de diámetro y otro asociado de la arteria ilíaca derecha de 33 mm. Sin embargo, sus arterias femorales y las ilíacas externas, eran de marcada tortuosidad y escaso calibre (6 mm). Entre sus antecedentes patológicos destacaban una cardiopatía isquémica que requirió dos bypass coronarios y una neumopatía crónica en tratamiento médico con broncodilatadores. Dada la complejidad clínica y anatómica del caso, el paciente fue remitido al Hospital Clínico para su tratamiento endovascular. La cirugía se llevó a cabo con anestesia raquídea, lo que permitió al paciente mantenerse consciente todo el tiempo. A través de dos mínimas incisiones inguinales y con visualización de RX de alta definición se trataron con éxito ambos aneurismas mediante el implante del nuevo dispositivo protésico endovascular. Al término de la intervención, que duró 55 minutos, el paciente se mantuvo en la sala de recuperación durante 6 horas y posteriormente fue trasladado a la sala de hospitalización normal donde pudo cenar ligeramente. Al cabo de 36 horas abandonó el Hospital por su propio pie.
Un aneurisma es la dilatación de las arterias, consecuencia de la debilitación de sus paredes por acción de la arteriosclerosis. La aorta, arteria principal de nuestro cuerpo, se origina en el tórax y baja hasta el abdomen. Los aneurismas de aorta abdominal (AAA) son los más frecuentes, entre un cinco y un diez por ciento de los hombres de más de 65 años lo padecen. La complicación más importante es la rotura de aorta, que se asocia a una elevadísima mortalidad, cercana al 90% de los casos. En EEUU los aneurismas de aorta abdominal constituyen la 10ª causa de muerte entre los hombres de más de 50 años. La probabilidad de rotura es proporcional al tamaño del aneurisma, a partir de un diámetro superior a 5 cm se recomienda su reparación.
El tratamiento de los AAA consiste en la sustitución del segmento dilatado por una prótesis vascular. Precisamente, ahora se cumplen 20 años de los primeros implantes de endoprótesis abdominales en la ciudad de Buenos Aires, cuando el Dr. Juan Carlos Parodi culminó uno de sus sueños: tratar los AAA sin necesidad de abrir con grandes incisiones al paciente y con anestesia local o regional. Este hecho marcó una auténtica revolución en la forma de tratar a los AAA y otras patologías aórticas. Desde esta primera experiencia se calcula que se han implantado más de 100.000 endoprótesis en aorta abdominal y más de 10.000 torácicas comercializadas en todo el mundo (unas 1.500 y 400 respectivamente en España al año). Si bien las primeras endoprótesis se confeccionaban ensamblando diferentes elementos quirúrgicos, desde mediados de los años 90, diferentes compañías se han sumado a la manufacturación más precisa incorporando innovaciones tecnológicas. Sin embargo una de las limitaciones de esta nueva modalidad terapéutica se ha centrado en la necesidad de utilizar catéteres introductores que en su interior albergan la prótesis que se debe desplegar en el interior de la aorta. Ahora, de nuevo gracias a la evolución tecnológica, podemos utilizar sistemas de introducción de menor calibre y poder ofrecer este tipo de tratamiento a mayor número de pacientes.
Este sistema ofrece una tecnología innovadora, dado que su bajo perfil de diámetro permite colocar con mayor precisión el dispositivo en la posición adecuada dentro de la aorta del paciente. Gracias a la reducción en el perfil del dispositivo de hasta el 20% con respecto a los actuales sistemas disponibles, los tratamientos endovasculares pueden ser aplicados a más pacientes. El nuevo dispositivo está basado en la tecnología ARC de la empresa Cook Medical, que combina una serie de ganchos que se fijan a la pared de la aorta para proporcionar una fijación activa, así como una fuerza radial con sus z-stents para estabilizar y optimizar la posición de la prótesis en el interior de la arteria, y un largo cuerpo central con refuerzos que mimetizan la anatomía natural de la aorta. Su bajo perfil y flexibilidad permite navegar por el interior de arterias más tortuosas, calcificadas y de menor calibre con menores riesgos de dañar los vasos femorales o ilíacos Además, permite el acceso aórtico sin necesidad de incisiones al poder insertarse en la arteria femoral por vía percutánea, es decir, introduciendo tanto la guía como la vaina de entrada por medio de una aguja insertada en el vaso sanguíneo a través de la piel. El. Dr. Riambau, Jefe de Cirugía Vascular del Instituto del Tórax en el Hospital Clinic de Barcelona que ha liderado la intervención explica: “Esta nueva prótesis supone un nuevo avance en el tratamiento endovascular de los aneurismas, ya que por sus características se podrá tratar a un mayor rango de pacientes que padecen aneurismas de aorta abdominal con mejores resultados a largo plazo”.