El síndrome de Sjögren es una enfermedad autoinmune que afecta principalmente a las glándulas que producen líquido como la saliva, las lágrimas, la mucosa de la laringe o la tráquea, y las secreciones vaginales. Su principal síntoma es la sequedad ocular y oral. Pueden pasar hasta 10 años para su diagnóstico ya que sus síntomas afectan relativamente poco a la calidad de vida de quien lo padece – generalmente mujer de entre 55 y 65 años-, que se consulta reiteradamente en atención primaria por la sequedad del ojo, la boca e incluso piel; entonces puede derivarse a un especialista. Este es el caso del Síndrome de de Sjögren primario. En otro grupo de pacientes también puede asociarse a otra enfermedad como la artritis reumatoide; es el denominado síndrome de Sjögren secundario, que se acompaña de dolor crónico.
El Dr. Manel Ramos-Casals, del IDIBAPS destaca en un artículo publicado en Diario Médico el miércoles 18 de julio que “el sistema inmunológico es clave a la hora de explicar por qué aparece esta enfermedad, ya que está alterado por mecanismos que desconocemos en las personas que la padecen y, en vez de defendernos, ataca a tejidos y órganos propios. Además, al ser sistémica, puede afectar a cualquier lugar u órgano, a pesar de que su principal manifestación sea la sequedad de mucosas".
Por su parte, el Dr. Antoni Sisó-Almirall, médico de familia y director de la Unidad de Investigación del CAPSE, destaca en el mismo artículo de Diario Médico, que “para esta enfermedad existe poca o nula coordinación entre niveles. Es un aspecto que hay que potenciar porque, a día de hoy, no hay ninguna iniciativa ni para el síndrome de Sjögren ni para otras enfermedades de características autoinmunes o de etiopatogenia autoinmune como el lupus eritematoso sistémico, la polimialgia reumática, la arteritis de Horton o la esclerodermia".
Las guías de práctica clínica para enfermedades autoinmunes para atención primaria vigentes datan del año 2007. Los autores de la publicación del BJM centran sus esfuerzos en renovar la última edición, e incluir las últimas terapias basadas en anticuerpos monoclonales y otros tratamientos biológicos para combatir el Síndrome de Sjögren y otras enfermedades autoinmunes.