Habitualmente, se estudia cada cáncer de forma individual, en este caso, se analizarán múltiples tipos de cáncer que comparten la sobreexpresión de este mismo biomarcador para comprobar si la inmunoterapia funciona con independencia de la localización del tumor. La inmunoterapia es la activación del propio sistema inmunológico para hacer frente al cáncer. Así, no se dirige el tratamiento al tumor sino al sistema inmune por lo que la toxicidad es más baja que los tratamientos estándares como la quimioterapia.
El Dr. Aleix Prat, Presidente de SOLTI, investigador principal de ACROPOLI, Jefe de Servicio de Oncología Médica del Hospital Clínic de Barcelona y jefe del grupo Genómica traslacional y terapias dirigidas en tumores sólidos del IDIBAPS, apunta: “este estudio va a permitir la participación de pacientes con tumores menos frecuentes para los que no hay tanta investigación clínica ni tantos tratamientos aprobados. En este caso, comprobaremos si utilizando un biomarcador específico, un subgrupo de estos pacientes pueden beneficiarse de la inmunoterapia como lo hacen otros tipos de cáncer mucho más habituales”.
Por su parte, el Dr. Josep Tabernero, Director del VHIO, co-investigador principal de ACROPOLI y Jefe de Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitari Vall d’Hebron, añade: “uno de los objetivos que perseguimos con este estudio basket es demostrar que el marcador basado en el gen PD-1 -utilizando la detección previa del ARN mensajero- es más sensible para determinar la población de pacientes que se benefician del tratamiento que la expresión de la proteína PD-L1 detectada por inmunohistoquímica, que es la que utilizábamos hasta ahora”.
Así, la trascendencia del estudio orbita entorno a tres grandes ejes: identificar a los pacientes a los que un campo emergente como la inmunoterapia puede tener un gran impacto; hacerlo mediante la oncología de precisión, es decir, a través de biomarcadores que determinen a priori qué pacientes pueden beneficiarse de ello y, por último, la transversalidad, avanzar hacia un tipo de estudio donde la localización del tumor no sea el objetivo principal.
La inmunoterapia es una estrategia terapéutica que lleva años en desarrollo y la evidencia indica que es imprescindible conocer el estado de activación inmunológica de los tumores de los pacientes para predecir si la respuesta a este tipo de terapia será significativa o no; es lo que se denomina “tumores fríos” -con baja cuantificación de PD1- comparados con los “tumores calientes” -en los que encontramos mayor cantidad de PD1-.
Liderado por el Dr. Aleix Prat y por el Dr. Josep Tabernero, en el estudio participarán ocho hospitales más, hasta llegar a los diez totales: la Fundación Instituto Valenciano de Oncología, el Hospital Clínico Universitario de Valencia, el Hospital Universitario Sant Joan de Reus de Tarragona, la Fundación Jiménez Díaz de Madrid, el Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid, el Hospital Universitario Germans Trias i Pujol de Badalona (Barcelona) y el Instituto Oncológico Barcelona (IOB) del Hospital Quirónsalud Barcelona y el Complejo Asistencial Universitario de León.
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El estudio ACROPOLI, que durará dos años, pretende predecir el beneficio al tratamiento con un fármaco de la familia de los inhibidores de PD1: spartalizumab. A los pacientes que participarán se les cuantificará la expresión de PD1 de su tumor y se dividirán en dos grupos: unos con expresión alta, pero también se incluirán pacientes con una expresión baja para demostrar en qué casos la inmunoterapia no funciona.