Cuando no existen otras opciones de tratamiento y la calidad de vida de las personas está muy deteriorada o en fase terminal, los trasplantes de órganos y tejidos son la única alternativa para muchos pacientes. Los trasplantes no solo salvan vidas, sino que pueden mejorar drásticamente la calidad de vida de la persona.
En el 2022, en Cataluña, se batió el récord de trasplantes con 1.346 trasplantes de órganos. También a nivel nacional donde se llegó a las 5.383 personas trasplantadas. No obstante, sin donantes no pueden haber trasplantes. En España, la tasa de donación es superior a los 46 donantes por millón, la más alta a nivel mundial. Pese a las cifras, todavía existe cierto desconocimiento sobre la donación y el trasplante de órganos y tejidos. Algunas de las curiosidades sobre este proceso son:
- Un donante puede salvar la vida de 8 personas.
- El cuerpo no queda dañado después de la donación.
- El donante puede estar vivo.
- El equipo que extrae el órgano puede ser de otro hospital.
- El órgano dañado puede mantenerse en el cuerpo tras el trasplante.
- El nuevo órgano puede conectarse a otros vasos sanguíneos.
- En ciertos casos, el tamaño es importante.
Un donante puede salvar la vida de 8 personas
Entre los órganos que puede donar una persona están los riñones, el hígado, el corazón, los pulmones, el páncreas y el intestino. Estos órganos, en caso de ser aptos para la donación, permiten realizar 8 trasplantes a 8 personas distintas pudiendo salvar sus vidas. Además, no solo se pueden donar órganos, sino que también se pueden donar tejidos como la piel, la córnea, huesos, tendones, músculos, arterias, venas y las válvulas cardíacas. Pese a que este tipo de donaciones no son vitales, mejoran de manera sustancial la calidad de vida de las personas que las reciben.
El cuerpo no queda dañado después de la donación
Durante la extracción de órganos y tejidos siempre se trata al cuerpo con el máximo respeto. Las extracciones, además, se realizan en salas de operaciones y en condiciones estériles. Las llevan a cabo un equipo de profesionales calificados que realizan la extracción lo más limpiamente posible, dejando el cuerpo presentable para un posible funeral posterior.
El donante puede estar vivo
Aunque la mayor parte de las donaciones proceden de donantes cadáver, existe la posibilidad de realizar ciertas donaciones en vivo. Cuando la donación se realiza tras una muerte cerebral o una muerte en asistolia (paro cardíaco) se conoce como donación cadáver. Por otro lado, en ciertas ocasiones como en las donaciones de riñón o de una parte del hígado, suele ser habitual que los donantes sean familiares o personas muy próximas que deciden donar el órgano en vida.
El equipo que extrae el órgano puede ser de otro hospital
Una vez se determina que los órganos del donante son aptos para uno o más receptores, la extracción de los órganos se llevará a cabo en el hospital del donante, pero con los equipos médicos de los hospitales que realizarán el posterior trasplante. De esta manera, se consigue que todo el proceso de donación sea más eficiente y que el órgano se extraiga de una forma óptima para el futuro trasplante.
La coordinación es esencial, ya que el donante puede donar más de un órgano o tejido y, por lo tanto, puede haber más de un equipo médico de más de un hospital realizando la extracción. Un buen trabajo en equipo permite asegurar que todos los órganos pueden extraerse de manera satisfactoria y con el tiempo suficiente para que el órgano no se dañe antes de realizar el trasplante.
El órgano dañado puede mantenerse en el cuerpo tras el trasplante
En algunos casos, como en el trasplante de riñón o de páncreas, no se sustituye el órgano dañado por otro, sino que se añade uno funcional. Por ejemplo, una persona con diabetes tipo 1 que necesita un trasplante de páncreas y riñón, saldría de la operación con 3 riñones (2 riñones que tenía y 1 riñón trasplantado) y 2 páncreas (el suyo original y el trasplantado). La intención es, que la intervención sea lo menos invasiva posible. Sacar un órgano y luego introducir otro suele implicar más cortes y daño de los tejidos internos y, por lo tanto, más posibles complicaciones. Por ello, siempre que el trasplante lo permita, se intentarán dejar los órganos originales.
El nuevo órgano puede conectarse a otros vasos sanguíneos
En casos donde el órgano dañado se mantiene, se debe colocar el órgano trasplantado en otro lugar del cuerpo. Por ello, los “empalmes” de las arterias y venas principales del órgano trasplantado con el receptor se realizan sobre otras venas y arterias distintas.
Esto puede hacerse así ya que el sistema circulatorio es un circuito cerrado. Lo único que debe tenerse presente es conectar la vena con la vena y la arteria con la arteria.
En ciertos casos, el tamaño es importante
No en todos los trasplantes es posible dejar el órgano original dañado, entre otras, por una cuestión de espacio. En estos trasplantes, el peso corporal del receptor y el tamaño del órgano donante es importante. Los órganos trasplantados deben poder realizar correctamente su función, además de caber en el nuevo espacio asignado. Por ejemplo, en el caso del trasplante de hígado, el volumen del hígado no puede ser ni demasiado grande, ya que debe caber en el nuevo cuerpo, ni demasiado pequeño, ya que debe poder realizar correctamente su función.
La donación de órganos y tejidos es uno de los actos más altruistas que se puede hacer por otras personas. Si la persona no ha dejado por escrito su voluntad de donar, la última decisión recae sobre la familia. Para que el proceso sea más sencillo, se anima a hablar abiertamente de este tema con la familia y el entorno de manera que, si llegara el caso, lo pudieran comunicar al personal del hospital. Los trasplantes mejoran y salvan la vida de muchas personas, pero no hay trasplantes si no hay donantes.
Información documentada por:
Dr. Gerard Sánchez Etayo, jefe de la Sección de Donación y Trasplantes del hospital Clínic Barcelona.