La hiperglucemia, que es la cantidad excesiva de glucosa en la sangre, está relacionada con la aparición de complicaciones como el daño progresivo de los capilares que afecta a la retina y al riñón, la arteriosclerosis, la hipertensión arterial, la obesidad, y otras. Todas ellas generan graves problemas como la úlcera de pie diabético, que es un factor de riesgo importante para la amputación de extremidades inferiores. En personas con diabetes mellitus tipo 1 se sabe que la intensificación del control glucémico comporta una reducción del riesgo de afectación del sistema nervioso, renal y de la retina. La intensificación del control glucémico es la optimización o mejora del control de la glucosa mediante una bomba de insulina, que es un dispositivo pequeño que administra insulina de forma continuada.
En un estudio con más de 1.000 pacientes, se observó que la intensificación del tratamiento insulínico, con múltiples dosis o bomba de insulina, comportaba una reducción del riesgo de retinopatía (enfermedad de la retina), nefropatía (enfermedad del riñón) y neuropatía (enfermedad del sistema nervioso). Al finalizar el estudio, la mayoría de los pacientes aceptó participar en uno nuevo para evaluar el efecto del control intenso de la glucemia a largo plazo. Tras 23 años de seguimiento se demostró que aquellos pacientes que en el primer estudio habían sido tratados de forma intensificada, presentando mejores A1c (hemoglobina glicosilada) tenían un menor riesgo de desarrollar complicaciones.
La hemoglobina glicosilada es un biomarcador que permite controlar los niveles de glucosa en sangre. Cuando este valor es alto, el paciente con diabetes tiene un peor control del azúcar en sangre. El valor de A1c debe situarse, por lo general por debajo de 7,5%. Cuanto más elevados sean los niveles y cuanto más tiempo se mantengan, más se incrementa el riesgo de complicaciones. Haber recibido tratamiento intensificado en comparación con el convencional se asoció a una reducción estadísticamente significativa para todo tipo de úlcera de pie diabético.
Este es el primer estudio que demuestra en personas con diabetes mellitus tipo 1 la relación entre un peor control metabólico y un mayor riesgo de presentar úlceras en el pie. El estudio es importante por su magnitud y por su duración, añadiendo una complicación más al listado de problemas que potencialmente se pueden prevenir con un tratamiento glucémico intensificado.
Estos datos refuerzan la importancia de conseguir un buen control de la diabetes desde el inicio de la enfermedad. En esta fase inicial, generalmente ante un paciente sin complicaciones, en ocasiones es difícil para el profesional transmitirle la importancia de llevar a cabo toda una serie de estrategias terapéuticas que en ese momento pueden entenderse como innecesarias. Este trabajo da argumentos para insistir en mantener un buen control para los pacientes con diabetes tipo 1, precisamente cuando no hay complicaciones crónicas de la enfermedad.
Información documentada por: Dr. Enric Esmatjes, endocrinólogo Senior del Servicio de endocrinología del Hospital Clínic y exmiembro del Grupo de investigación traslacional en diabetes, lípidos y obesidad.