El trabajo está liderado por Luís González de Paz, del CAPSBE y del grupo de Investigación Transversal en Atención Primaria del IDIBAPS, y Lorena Montero, Gemma Gomis y Àngela Fauró, enfermeras del CAPSBE. También ha colaborado el Instituto de Investigación e Innovación Parc Taulí de Sabadell.
La disfagia, un trastorno poco diagnosticado
La disfagia es un trastorno de la deglución que dificulta el paso de los alimentos desde la faringe al esófago, con el riesgo de que la comida o los líquidos lleguen a los pulmones, a menudo sin que los pacientes se den cuenta. Además, las personas que la padecen tienden a comer cada vez menos. Uno de los primeros signos de la disfagia es que el paciente tose al beber líquido, lo que indica que el alimento ha pasado a los pulmones en lugar de dirigirse al sistema digestivo.
La evaluación de la disfagia requiere el análisis de las causas, una exploración clínica para detectar síntomas y una prueba para objetivar los problemas de deglución. Sin embargo, la mayoría de las personas afectadas son mayores, y a menudo la dificultad para tragar se atribuye a la edad. Incidentes con la deglución son interpretados por cuidadores, familiares y personal sanitario como casos puntuales, descritos coloquialmente como "la comida o el líquido se fue por el otro lado". Por ello, la detección de la disfagia no es habitual, especialmente en fases iniciales, y suele diagnosticarse cuando ya está bastante avanzada.
La disfagia es grave porque puede implicar hospitalizaciones y problemas que se podrían evitar con un diagnóstico precoz y el tratamiento adecuado”, explica Lorena Montero. “El tratamiento se basa en modificar las texturas de los alimentos, especialmente los líquidos, espesándolos para facilitar su deglución. También es necesario adaptar las combinaciones de alimentos. Es esencial activar un plan de actuación con la familia, los cuidadores y la persona afectada”, añade.
“Actualmente, no se conoce el alcance real del problema, y no existe ningún programa de detección sistemática”, explica González de Paz. “Un diagnóstico precoz permitiría evitar complicaciones como la neumonía, que a menudo requiere antibióticos que podrían haberse evitado”, apunta.
Un estudio con más de mil pacientes
Un equipo de enfermeras del Consorcio de Atención Primaria de Salud Barcelona Esquerra (CAPSBE), que gestiona tres centros de atención primaria en la ciudad, identificó que muchos pacientes con disfagia podrían no estar diagnosticados. Como respuesta, en 2022 se puso en marcha un programa de detección sistemática de la disfagia en pacientes de atención domiciliaria para poner cifras a este problema de salud silencioso.
Ahora, la revista Dysphagia ha publicado un trabajo con las conclusiones principales del programa. En el estudio se incluyeron 1.002 personas que necesitan atención domiciliaria y residen en los barrios de la Antiga Esquerra, Nova Esquerra de l’Eixample y Les Corts, tres de las zonas más envejecidas de Barcelona. Estos pacientes, mayoritariamente de edad avanzada, a menudo padecen enfermedades cada vez más comunes, como la demencia, o tienen una movilidad reducida que les impide desplazarse a los centros de salud, lo que requiere asistencia a domicilio.
Durante las visitas, las enfermeras aplicaron el test de volumen-viscosidad (MECV-V) para detectar la disfagia. Esta prueba evalúa la capacidad de tragar mediante líquidos de diferentes viscosidades, y también tiene en cuenta otros indicadores, como la saturación basal de oxígeno, la observación clínica y la presencia de tos durante la deglución. Paralelamente, se formó a todo el personal médico y a las enfermeras de atención domiciliaria para tratar la disfagia de manera adecuada.
Los resultados revelan que el 25,95% de todas las personas del programa padecían disfagia, una cifra muy superior a la registrada hasta el momento. En el 71,5% de los pacientes diagnosticados no se sabía que padecían disfagia antes de comenzar el programa.
El estudio también muestra que las personas con disfagia tienen cinco veces más probabilidades de haber tenido neumonía, episodios de tos y de requerir más visitas médicas a domicilio en comparación con el resto de pacientes del programa de atención domiciliaria.
"Las conclusiones del estudio apuntan a la necesidad urgente de implantar un programa sistemático de detección de la disfagia en otros centros de atención primaria de Barcelona y Cataluña, especialmente en los programas de atención domiciliaria, donde se concentra la población más frágil. Es probable que el infradiagnóstico sea un problema generalizado en este sector de la población", concluye González de Paz.
Enlace artículo: A Systematic Evaluation for Oropharyngeal Dysphagia in Non-institutionalized Elderly Patients with Home Care-based in the Community