En la Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII) se produce una inflamación del colon y/o intestino delgado. Pese a que la mayor parte de los síntomas están relacionados con el aparato digestivo, algunas personas presentan afectaciones en otras partes del cuerpo como en articulaciones, piel y ojos.
Esta enfermedad suele presentarse en forma de brotes. Es decir, existe una fase activa, donde se produce sintomatología, y una fase de remisión, donde la enfermedad no presenta síntomas. La alteración de las deposiciones — ya sea en su frecuencia, consistencia o composición— o el dolor abdominal son algunos de los principales síntomas de este tipo de enfermedades. Sin embargo, se ha observado que pueden presentarse afectaciones en otras partes del cuerpo que no estén relacionadas con el tubo digestivo. Aunque el dolor articular es la manifestación más frecuente, también pueden presentarse lesiones en la piel, inflamación ocular, úlceras en la boca, enfermedades hepáticas o cálculos biliares o renales.
Además, los pacientes con EII tienen una mayor predisposición a presentar artritis de grandes articulaciones, especialmente en miembros inferiores (sobre todo rodillas y tobillos), que aparecen en forma de brotes. Estos efectos son más frecuentes en los pacientes con una enfermedad intestinal severa.
Cuando la enfermedad intestinal remite, estos síntomas suelen mejorar. No obstante, en ocasiones puede requerir de medicación específica. Otros síntomas muy comunes son la fatiga y la pérdida de apetito y de peso; aunque, dependiendo del tipo de enfermedad, pueden aparecer otros en más o menos frecuencia.
Una enfermedad todavía desconocida
Pese a que se desconoce la causa exacta, se considera que ciertos factores pueden intervenir en el desarrollo de la enfermedad inflamatoria intestinal. La inflamación del tubo digestivo se produce debido a una respuesta desproporcionada del sistema inmunitario contra algún agente. Por lo que, pese a no ser hereditaria, podría existir cierta predisposición genética a desencadenar esta respuesta anómala frente a ciertos factores ambientales (infecciones, tabaco, etc.). También se cree que esta inflamación puede ser debida a una respuesta exagerada del sistema inmunitario frente a sustancias de la microbiota intestinal.
Enfermedad inflamatoria intestinal en España
En España, la enfermedad afecta entre 87 y 110 personas por cada 100.000 habitantes. Puede aparecer a cualquier edad, aunque es común que se presente en jóvenes, de entre 20 y 30 años, o en población adulta, de entre 50 y 70 años. La colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn son el tipo de EII más conocidas.
Un correcto diagnóstico sobre el tipo de enfermedad inflamatoria intestinal es fundamental para identificar las zonas inflamadas y la gravedad de las lesiones. También permite un estudio individualizado del mejor tratamiento para cada paciente.
Al ser una enfermedad crónica, no se conoce un fármaco que la cure. Sin embargo, existe una amplia gama de tratamientos que controlan los síntomas y mejoran la calidad de vida de las personas que viven con una EII. Además, unos hábitos de vida saludables, tanto físicos como mentales, pueden ayudar a un mejor control.