Una revisión sistemática realizada por investigadores del Clínic-IDIBAPS, observa que el deseo de beber alcohol aumenta tras el consumo de bebidas sin o bajas en alcohol (hasta 1,2% de volumen de alcohol). Esto sugiere que el consumo de este tipo de bebidas podría ser negativo en personas con un trastorno por consumo de alcohol, o que presentan un patrón de consumo de alto riesgo. No obstante, la evidencia hasta la fecha es muy escasa y se necesitan más estudios de calidad que ayuden a determinar el uso de este tipo de bebidas en pacientes con trastorno por consumo de alcohol.
Esta revisión la ha coordinado el Dr. Hugo López-Pelayo y la Dra. Elsa Caballeria, de la Unidad de Conductas Adictivas del Clínic Barcelona, miembros del grupo de investigación de Adicciones del IDIBAPS. Estudiar y obtener resultados rigurosos y de calidad sobre las consecuencias de las bebidas sin alcohol en este tipo de población es imprescindible para tomar decisiones clínicas, además de políticas sobre salud pública.
Algunos de los resultados observados fue que las bebidas sin alcohol no solo aumentan el deseo de consumo de alcohol, sino que esta necesidad es mayor cuanto más severo es el grado de dependencia del paciente. También se observó que los aromas o sabores similares a los de las bebidas alcohólicas, que tienen las bebidas sin alcohol, generan una respuesta fisiológica similar a la que sucede cuando se consume alcohol, pese a que éstas no lo contengan. Además, el consumo de estas bebidas aumenta cuando en la etiqueta se describen cantidades de alcohol más bajas.
Las bebidas sin o bajas en alcohol son un recurso cada vez más popular como alternativa a las bebidas alcohólicas tradicionales. No obstante, en personas con trastorno por consumo de alcohol, se ha observado que el consumo de estas bebidas no sustituye el consumo de bebidas alcohólicas, sino que se suma a su consumo habitual de alcohol. Pese a este incremento en el consumo de las bebidas sin alcohol, no hay suficiente evidencia que demuestre los beneficios o riesgos del uso de estos productos en personas con trastorno por consumo de alcohol o con un patrón de consumo de alto riesgo.
Realizar estudios de calidad podría proporcionar nuevos conocimientos para ayudar a los profesionales sanitarios, los pacientes y otras partes interesadas a tomar decisiones informadas basadas en la evidencia. Además, estas decisiones podrían variar en función de las características de los pacientes, de la gravedad del trastorno y de las enfermedades asociadas.
El impacto del alcohol en la sociedad
Se considera que alrededor de un 10% de la población realiza un consumo de alcohol diario y que más del 50% cumplirán criterios de consumo de riesgo, con afectación importante sobre su salud física y mental.
Se considera un consumo de bajo riesgo de alcohol el que no supera las 2 unidades de bebida estándar al día en hombres y 1 unidad de bebida estándar en mujeres. Por ejemplo, no superar los dos quintos de cerveza o dos copas de vino al día, si eres hombre y un quinto o una copa de vino al día, si eres mujer. Cuando el consumo diario es de 4 unidades de bebida estándar o más en hombres y 2,5 unidades estándar o más en mujeres se considera de alto riesgo. En ciertas poblaciones como por ejemplo adolescentes, embarazadas y lactantes o personas que toman medicación que está contraindicada mezclar con el alcohol, cualquier consumo se considera de alto riesgo. No obstante, cualquier consumo de alcohol implica un riesgo para la salud.
Definir estrategias basadas en la evidencia sobre cómo tratar este tipo de trastorno teniendo en cuenta los beneficios y riesgos de las bebidas sin alcohol es imprescindible. Este conocimiento sería de gran ayuda para profesionales sanitarios, pacientes o políticas de salud pública.
Artículo de referencia:
Elsa Caballeria, Maria Teresa Pons-Cabrera, Mercedes Balcells-Oliveró, Fleur Braddick, Rebecca Gordon, Antoni Gual, Silvia Matrai and Hugo López-Pelayo. “Doctor, Can I Drink an Alcohol-Free Beer?” Low-Alcohol and Alcohol-Free Drinks in People with Heavy Drinking or Alcohol Use Disorders: Systematic Review of the Literature. Nutrients 2022, 14, 3925.
Información documentada por:
Hugo López Pelayo. Médico Psiquiatra. Unidad de Conductas Adictivas. Servicio de Psiquiatría y Psicología. Instituto Clínic de Neurociencias. Hospital Clínic de Barcelona. Coordinador del Grupo de Investigación en Adicciones. IDIBAPS.
Mercè Balcells Oliveró. Médico Psiquiatra. Jefa de la Unidad de Conductas Adictivas. Servicio de Psiquiatría y Psicología. Instituto Clínic de Neurociencias. Hospital Clínic de Barcelona. Grupo de Investigación en Adicciones. IDIBAPS.