La enfermedad de Alzheimer es la enfermedad neurodegenerativa y forma de demencia más frecuente. Su prevalencia ha aumentado respecto décadas anteriores debido al aumento de la esperanza de vida de la población mundial, y continuará aumentando en los próximos años. Según la OMS, se estima que en el año 2050 habrá más de 150 millones de personas con enfermedad de Alzheimer en el mundo.
El síndrome de Down (SD) es un trastorno genético causado por la existencia de una copia extra del cromosoma 21. Se caracteriza por la presencia de un grado variable de discapacidad cognitiva y unos rasgos físicos característicos. Se considera que el SD es una forma genéticamente determinada de la enfermedad de Alzheimer de manera que pacientes con SD desarrollan invariablemente EA a edades más tempranas que la población normal asociada con una mayor carga de proteína beta amiloide (Aβ).
La acumulación de Aβ y de proteína tau hiperfosforilada (p-tau) juegan un papel clave en la progresión de la enfermedad de Alzheimer, mientras que el papel que juegan las alteraciones en la homeostasis del colesterol cerebral no se conoce con detalle.
En el artículo, los investigadores han analizado la expresión de dos transportadores de colesterol STARD1 y NPC1 en muestras de hipocampo y córtex de pacientes con Alzheimer, con resultados similares en muestras de los pacientes con Síndrome de Down.
Los resultados muestran la sobreexpresión de ambos transportadores de colesterol en hipocampo y cortex de pacientes con Alzheimer y Síndrome de Down y su correlación con marcadores patológicos como Aβ42 y p-tau. El análisis por microscopía confocal revela un aumento en el contenido de colesterol mitocondrial y lisosomal en astrocitos de pacientes con estas dos enfermedades debido a la sobreexpresión de STARD1 y NPC1, respectivamente. Además, el incremento de la inmunoreactividad de STARD1 en ambas áreas de los pacientes con Alzheimer y Síndrome de Down discrimina las muestras controles de las de los pacientes con las enfermedades con más exactitud que el incremento de Aβ42.
“Los resultados de este estudio sugieren que STARD1 podría ser un potencial marcador preclínico asociado con estadíos tempranos de la enfermedad de Alzheimer”, señala Jose C. Fernández-Checa.