Esquizofrenia
Hay que afrontar la esquizofrenia en positivo. Avanzar en la investigación implica reformular la enfermedad
Investigación actual
Problema
El grupo conceptualiza la esquizofrenia como un trastorno psiquiátrico complejo y heterogéneo del grupo de las psicosis, que parece originarse por alteraciones del neurodesarrollo temprano y tardío, fruto de la interacción entre factores genéticos (el factor de riesgo más trascendente), epigenéticos y ambientales.
Como enfermedad, la esquizofrenia plantea unas necesidades asistenciales no cubiertas: el tratamiento de los síntomas negativos primarios, los déficits cognitivos, la resistencia al tratamiento, la elevada tasa de recaídas y mortalidad y el manejo de efectos secundarios de los antipsicóticos, que desde la investigación se intenta afrontar. Y el grupo lo hace buscando y generando evidencias científicas sobre procedimientos y tratamientos nuevos, más válidos y eficaces.
Aproximación
En investigación clínica, desarrolla estudios de seguimiento longitudinal de los primeros episodios psicóticos y define los factores implicados y los determinantes de la evolución. Una tarea que lleva a cabo analizando los correlatos clínicos, neurocognitivos, neurobiológicos, farmacogenéticos, de neuroimagen y ambientales que condicionan la respuesta terapéutica y el riesgo de recaída. También investiga nuevas técnicas de rehabilitación cognitiva y de neuroestimulación como la DBS (Estimulación Cerebral Profunda), la TEC (Terapia Electroconvulsiva), y ensayos clínicos con fármacos innovadores.
En investigación traslacional, en el recientemente creado Laboratorio de Investigación Básica y Traslacional en Esquizofrenia, utilizamos muestras biológicas humanas (por ejemplo, fibroblastos de biopsias de piel, epitelio neuroolfatorio, LCR) y modelos experimentales (animales o celulares, por ejemplo, iPSCs y neuronas derivadas) de esquizofrenia para estudiar la patogenia, biomarcadores e identificar nuevas dianas terapéuticas.
Impacto
La identificación de biomarcadores bioquímicos (centrales y periféricos), genéticos, epigenéticos, de neuroimagen o neuropsicológicos contribuirá a un diagnóstico, pronóstico, tratamiento y rehabilitación más eficientes y personalizados. La investigación en el campo de la esquizofrenia ya ha permitido validar estrategias incorporadas a las guías clínicas que mejoran el pronóstico y disminuyen la carga.
En la práctica asistencial, reducir el periodo de implementación de los resultados contrastados obtenidos en la investigación, así como la intervención precoz, han demostrado beneficios evidentes que han permitido mejorar el pronóstico y disminuir la carga individual, familiar y social de la enfermedad.
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