Cita de Itziar Salaverria, Junior group leader (R3B)
Las combinaciones de alteraciones moleculares en un célula cancerígena son infinitas. Tenemos el gran reto de averiguar los mecanismos individuales de cada paciente para ofrecerle el tratamiento más personalizado

Investigación actual

Problema

Hay evidencias de que los linfomas pediátricos y los adultos presentan diferencias clínicas y biológicas, pero en la práctica clínica sólo se utilizan marcadores moleculares de pacientes adultos (básicamente porque hay pocos estudios de linfoma no-Hodgkin en niños).

Además, a los pacientes pediátricos con linfoma no-Hodgkin se los trata según un límite de edad estricto (hasta los 18 años), en lugar de tener en cuenta la complejidad biológica de cada tumor.

Aproximación

El grupo trabaja en el estudio de perfiles genéticos y moleculares de los distintos subtipos de linfoma no-Hodgkin en población pediátrica y en jóvenes adultos mediante técnicas de alta resolución. Estos estudios proporcionan más información sobre la base biológica de cada subtipo de linfoma no-Hodgkin y permiten identificar biomarcadores útiles para el diagnóstico y tratamiento de los pacientes.

Los hallazgos derivados facilitan la estratificación del paciente en grupos de riesgo según la respuesta del organismo a las distintas terapias, lo que abre un camino en la búsqueda de nuevas estrategias terapéuticas dirigidas a dianas concretas.

Impacto

El grupo ha identificado alteraciones genéticas implicadas en el desarrollo de varios linfomas pediátricos. Algunas ya se habían descrito como dianas importantes en tumores de adultos, pero otras pueden ser específicas de los linfomas infantiles.

Así, se pone de manifiesto lo importante que es un enfoque integrador a la hora de entender el linfoma no-Hodgkin pediátrico. Estos hallazgos inician el camino para desarrollar terapias específicas que beneficien a los pacientes con linfoma, sobre todo los que recaen, muchos incurables.