Intentaré contaros cómo era Nadius.
Era en verdad único. En 36 años nunca lo he visto enfadado con nadie. Parece mentira pero es cierto, él era así. Dejaba chillar y despotricar, escuchaba y luego miraba con una sonrisa y se iba sin decir nada; cuando había pasado el mal humor, él volvía y exponia su opinión de lo que habia pasado, con toda tranquilidad.
Nos hemos hecho adultos todos juntos dentro y fuera del hospital: cenas, comidas viajes...Hemos conocido a nuestras parejas, novios, novias, esposas, maridos, hijos y hasta algún nieto. Toda una vida paralela a la de cada uno fuera de aquí y que muchas veces se juntaban.
Siempre estaba riéndose y contando chistes, ayudando atodo el mundo en lo que podía. Era muy pícaro; cuando ponía esa sonrisa suya, tan especial, que todos conocíamos, era que estaba tramando algo, alguna "maldad" de niño travieso. Era tan gracioso y tan luchador que, tres días antes de irse, le dijo a "su" Fuensanta, la mujer de su vida, su amor desde los 15 años: "Qué mala suerte tengo, toda la vida contando chistes de gangosos y ahora estoy gangoso yo". Sí, él era así. En su sufrimiento intentaba que no sufriéramos.
Tuvo muy mala suerte con su salud pero nunca se quejaba; siempre decía que estaba bien y sonreía. Intentaba cumplir con su labor, aunque no pudiera, para no cargar a sus compañeros con su trabajo. A pesar de ello, fue muy feliz, era muy amigo de sus amigos y muy querido por todo el mundo. Tenia una familia muy unida que lo quería y quiere mucho. Lo que le faltaba en salud lo compensaba con su carácter y su felicidad, con que nos regalaba a todos cada día.
Ver sufrir a alguien así es muy duro, pero ver sufrir a alguien a quien se quiere es horrible y frustante. Su perrito no deja sentar a nadie en su sillón.
Adiós amigo, estarás siempre en nuestros corazones,
Angeles Cabaleiro Dieguez, En nombre de todos los compañeros de RX (CDI)